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La naturalización del morbo

MORBO

(Del lat. morbus).

  1. m. Enfermedad (‖ alteración de la salud).
  2. m. Interés malsano por personas o cosas.
  3. m. Atracción hacia acontecimientos desagradables.

Los medios de comunicación nos inundan con noticias diarias. Nosotros decidimos cuáles leer, cuáles compartir, cuáles criticar y cuáles ignorar.

Hace unas semanas se llevó a cabo en Bogotá el lanzamiento del libro El renacimiento de Natalia Ponce de León. El evento fue, sin duda alguna, un éxito rotundo; asistieron muchos periodistas, muchos medios, la noticia de ese lanzamiento y del incidente siguen siendo noticia hoy (meses después) y teniendo en cuenta que en Colombia luchamos por una nueva causa cada dos días y luego olvidamos la anterior, alcanzar siquiera una semana siendo noticia es bastante.

Al principio pensé que eso había sido genial; visibilizar una problemática tan triste como el ataque con ácido, luego pensé y seguí pensando y ¿saben algo? No creo que todos hayamos estado tan pendientes de la cobertura del lanzamiento y de las audiencias si no fuera porque sabíamos ella iba a hacer apariciones en público. O pregunto ¿habríamos sintonizado todos esas transmisiones y nos hubiéramos quedado viéndolas si no estuviera Natalia? ¿Cuál habría sido la historia si ese día no nos hubieran mostrado la cara de Natalia y no hubiésemos tenido tiempo de detallarle cómo le había quedado o que si tenía un protector o no? Y entre otras cosas, en alguna entrevista ella comentó que ese protector, además de ser para proteger su nueva piel de los rayos del sol, es para protegerla de los curiosos que le lanzan el dedo, ¿¡EN SERIO!? ¿No les parece que ya tuvo suficiente como para que encima le toque lidiar con gente imprudente que se cree con derecho de tocarle la cara?

Miren, yo tampoco me salvo, yo también vi las ruedas de prensa y las audiencias. Sé que es un tema muy sensible, creo que casi todas las mujeres colombianas hemos estado recientemente obsesionadas con el tema, ¡y me incluyo! Así que si con ese caso no están de acuerdo, les tengo otros.

Los videos de ISIS… ¿Por qué hacemos eso? ¿De verdad es necesario ver cómo decapitan a alguien? Viendo tantas veces esos videos solo estamos haciendo tal cual lo que ISIS quiere que hagamos. Cuando leí la noticia de la primera decapitación busqué un video que estuviera editado, es decir, que no mostrara la decapitación, yo quería escuchar qué decía el verdugo. De nada me sirvió porque cuando acabó el video, Youtube me sugirió varios videos -como de costumbre- y uno de ellos tenía la cabeza desangrada del periodista en el piso como imagen destacada.

Fotos de cadáveres… Cada vez que muere un cabecilla de algún grupo al margen de la ley o cada vez que muere un famoso, por alguna extraña razón la foto del cadáver se hace viral. Para un ejemplo; Diomedes Díaz, luego de su muerte, varios de mis contactos compartieron una foto del cantante en la que se le veía lleno de morados e hinchado. Yo sinceramente no sé qué es peor, el que toma la foto, tener que ver la foto repetida en mi news feed, o la persona que la comparte.

Accidentes… Para hablar del plano local, tomaré de ejemplo el famoso accidente de Transmilenio que fue noticia hace un mes y que ya quedó en el olvido, como es usual. Los contextualizo por si asombrosamente no leyeron o escucharon la noticia, o por si no tienen Facebook; una pareja intentó colarse en Transmilenio y el fatal desenlace de esa “aventura” se resume en que uno de ellos fue arrollado por un bus y murió. Como diría mi novio; ¡Darwin!, pero bueno, ese no es el punto, el punto es que de ese trágico accidente hay un video. A la fecha de hoy, el video ha sido subido por más de veinte usuarios a Youtube y ha sido visto más de 800mil veces. Parece que ver a un hombre siendo atropellado y volando en una calle (así me lo imagino, no lo he visto) es 800mil veces más noticia que cualquier otra cosa.

Yo no soy nadie para decirles que está mal o bien ser morboso, yo solo sé que la RAE dice que es un “interés malsano” y desde hoy me quedaré con esa definición. Desde que pensé en escribir esto, me propuse disminuirle a los niveles de morbo porque, seamos honestos, a veces somos así por satisfacción propia, no porque en realidad estemos apoyando la causa o queramos estar informados.

¿Cuántos no hemos hecho o escuchado comentarios como “hasta que no vea la foto del cadáver, seguiré creyendo que está vivo”? No creo que sea necesario naturalizar y acostumbrarnos a esas expresiones que lo que hacen es decir a gritos que hemos sido criados en una cultura tan de guerra que los cadáveres y las noticias de muertes son nuestro pan de cada día, y que para darle el lujo de ser creíble a cualquier otra noticia, necesitamos “pruebas” que entre más amarillistas sean… mejor.

Entiendo que a veces esas imágenes morbosas ayudan a sensibilizar más rápido, pero no creo que para saber que es una estupidez arriesgar tu vida por $1.800 tengamos que ver veinte veces cómo muere una persona.

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