Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Todos deberíamos ser Malala

tapa_malala_esp
«Yo soy Malala», libro de Malala Yousafzai

El premio Nobel de la Paz 2014 acaba de ser concedido a dos personas, una de la India y otra de Pakistán, lo que contiene un significado muy grande, pues se trata de nacionales de dos países que han mantenido una relación conflictiva desde su independencia compartida del imperio británico. Paradójicamente quien propició dicha independencia empleando la filosofía de la protesta no violenta, Mahatma Gandhi, símbolo histórico del pacifismo, no fue galardonado con la importante distinción del comité noruego.

kailash
Kailash Satyarthi

Los galardonados en el 2014 son el activista indio Kailash Satyarthi y la joven pakistaní Malala Yousafzai y por motivos semejantes, pues los dos han luchado en pro de los derechos fundamentales de niños y jóvenes. Satyarthi en la India lleva años trabajando en pro de los menores, especialmente para que no sean objeto de tráfico, ni de trabajos forzados. Malala es una joven que a partir del atentado que sufrió se ha convertido en un símbolo mundial, gracias a sus profundas reflexiones. Es decir, que este fue un premio Nobel a quienes representan y defienden a los niños, a su vida, a que no sean objeto de esclavitud y a su sagrado derecho a la educación.

Kailash Satyarthi renunció a una lucrativa carrera como ingeniero electrónico para liderar la cruzada contra la esclavitud infantil, se calcula que gracias a sus campañas se han rescatado unos 80.000 niños, gracias a metodologías de educación y rehabilitación, una de estas iniciativas es la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, cuya página web es la siguiente:

www.globalmarch.org

Deseo enfatizar en el caso de Malala, pues a pesar de su corta vida, ella no ha logrado el importante reconocimiento del Nobel simplemente por un accidente, desde su pre adolescencia se comprometió con la causa de la educación para niñas y mujeres, pues en la provincia pakistaní en donde vivía con su familia, los paradójicamente denominados Talibanes (talibán significa estudiante), prohibieron este derecho al género femenino. La joven Malala desafió a los retrógrados gracias al apoyo de su familia, especialmente de su padre, poeta y educador.

Malala empezó a escribir un blog (un honor tener a una colega como ella), en donde denunció la terrible situación a las que se enfrentaban las niñas y jóvenes que desafiaban a los fanáticos, e igualmente  compartió sus reflexiones. Fue de tal éxito e impacto su iniciativa, que motivó que medios locales e internacionales la entrevistaran, e incluso protagonizó un documental. Por tal razón, los intolerantes intentaron asesinarla, cuando un sicario subió al bus de su colegio y le disparó tres veces, una de las balas atravesó su cabeza.

Malala estuvo a punto de morir, pero se recuperó gracias a su tenacidad y a la solidaridad internacional, destacándose la ayuda de los Emiratos Árabes Unidos (país islámico en donde la educación de niñas y mujeres es uno de los derechos más respetados).  Luego de una rehabilitación en el Reino Unido, ha proseguido su campaña y ha consolidado su posición como activista en la defensa del acceso a la educación, en diferentes foros como Naciones Unidas. Malala cuenta con una fundación y para quienes estén interesados está es su dirección:

www.malalafund.org

Curiosamente el nombre de Malala significa desconsolada o melancólica, hoy día, no debe estar ni lo uno ni lo otro, ni su valiente padre, ni mucho menos Mahatma Gandhi, quien debe lucir sonriente en la nube de algodón que está hilando con su rueca en el cielo.

Cuando el siniestro hombre que intentó asesinar a Malala, ingresó al autobús vociferó varias veces: – Quién es Malala? Ella no lo dudó y en voz alta respondió: – Yo soy Malala…Esa respuesta se convirtió después en un eslogan para defender el derecho de las niñas a la educación, así como el título del libro en donde la joven Malala Yousafzai junto con la periodista Christina Lamb, cuenta su historia.

Malala es gran un ejemplo, por ello, todos deberíamos ser Malala.

Dixon Acosta Medellín

A ratos en Twitter: @dixonmedellin

Comentarios