Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

El Planeta Fútbol

A la memoria de Alfonso Senior Quevedo, forjador del sueño Colombia 1986

Planeta fútbol
El planeta Fútbol.

Cuando se habla del mundo globalizado, se piensa en los intentos de definición de politólogos, sociólogos, diplomáticos, economistas y comunicadores, para explicar un fenómeno no tan reciente, el cual se concretó cuando un marino de apellido Colón, decidió contradecir la mentalidad plana de sus contemporáneos. Pero si alguien quiere tener un ejemplo rotundo de la globalización, lo puede comprobar cada cuatro años con el Mundial de Fútbol.

El fútbol no es un deporte más, es una pasión que se corre sobre el césped, una novela con una trama impredecible que dura un poco más de noventa minutos. Cualquier afortunado astronauta y quizás algún extraterrestre curioso, han comprobado que nuestro planeta Tierra, se ve como una pelota de fútbol extraviada en el cosmos. La pelota, ese grandioso invento que recibe varios apelativos, esférico, bola, balón, la “pecosa”, la “número cinco”. De qué equipo será fanático Dios? Posiblemente de la selección Brasil, me atrevería a insinuar, aunque algún amigo argentino me dirá que Maradona era su mano derecha o por lo menos su pie izquierdo. Ojalá fuera seguidor de Colombia, al menos durante este 2014.

El fútbol no se trata de un hombre con un silbato persiguiendo a otros individuos, quienes a su vez corren tras otro que patea una bola, fórmula que algunas esposas empleaban para definir la fijación de sus maridos. Hoy por hoy las señoras agradecen al fútbol que sus parejas, estén sentados en la sala de su hogar y no en otros sitios más riesgosos para la integridad personal y la de su relación marital. El fútbol se convierte en el mejor aliado de la fidelidad. No en vano el aumento de la afición femenina por este maravilloso deporte.

El fútbol es un sentimiento colectivo que trasciende. Acaso, en nuestra vida cotidiana no soñamos con meter goles y evitar el fuera de lugar? Este deporte ha inspirado bellas creaciones artísticas y literarias, pero también alguna guerra se le achaca. A un ex presidente colombiano, muchos lo recordarán no por sus aciertos o fracasos, sino por rechazar en 1986 la sede del mundial que la FIFA le adjudicó al país.

En un acto que todavía no se entiende por lo desafortunado, Colombia perdió la ocasión de hacer un campeonato inolvidable. Se dijo que en su reemplazo se harían escuelas y hospitales. Al final ni salud, ni educación y pasamos por la vergüenza de ser el único país en rechazar un honor que las naciones se disputan con dificultad. Sea el momento para recordar al hombre que logró para nuestro país esa oportunidad desperdiciada, el recordado Alfonso Senior Quevedo, fundador del club bogotano Millonarios, el mismo que en la década de los cincuenta fue el equivalente latinoamericano del Barcelona de hoy.

Alfonso Senior
Alfonso Senior Quevedo (1912 – 2004)

El fútbol es la metáfora benévola de la guerra. El enfrentamiento de dos ejércitos, defendiendo un blasón nacional. El dialecto futbolístico es bélico, con ataques y defensa, cañoneros, disparos o tiros, faltas, penas, ejecuciones (algún arquero sacrificado y un verdugo celebrando). Sin embargo, ojalá todos los conflictos del mundo se resolvieran en una contienda futbolística. No es extraño encontrar que la FIFA como organización internacional, cuente con mayor número de países miembros que la ONU, algunos piensan que el organismo del fútbol actualmente tiene más poder e influencia que la nueva liga de naciones. Por todo lo anterior, quizás sea mejor hablar del mundo futbolizado en lugar de globalizado. Se puede explicar mucho mejor y se goza aun más.

Millones de personas seguiremos esperando cada cuatro años la celebración de un nuevo Mundial, soñando con nuestro país como campeón. Hasta el día en el cual, la vida nos muestre tarjeta roja y un árbitro vestido de negro nos diga: Señor no va más!

Dixon Acosta Medellín

A ratos me encuentran en Twitter en: @dixonmedellin

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