Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Cuando la Gravedad empuja hacia arriba (notas sueltas sobre un drama de ciencia-ficción)

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Hace 11 años escribí un artículo en clave de humor sobre la fórmula para obtener un premio Óscar, aunque algunas de las premisas se pueden sostener todavía al menos en sentido humorístico, ha sido desvirtuada una de las ideas centrales del texto, que la Academia difícilmente daría su voto por una película de ciencia-ficción. Afortunadamente en una década las cosas cambian, por ejemplo que se tome seriamente una producción de ciencia-ficción como Gravedad e incluso que ahora escribo Óscar con tilde y firmo con otros apellidos. Si alguien quiere omitir tales detalles y leer su contenido, se encuentra en el siguiente enlace:

http://www.quintadimension.com/contentid-42.html

Ahora bien, alguien me puede decir que Gravedad no es una película de ciencia-ficción sino un drama que transcurre en un escenario fuera de la Tierra. La ciencia-ficción cuenta con una naturaleza generosa y amplia que admite una gama inmensa de posibilidades. Por ejemplo, la saga de Guerra de las Galaxias, una entretenida fábula de princesas y guerreros con espadas láser, es considerada ciencia-ficción. En Gravedad, aparte del drama personal de la protagonista puede desprenderse una inquietud por la basura que hemos transportado por fuera de nuestro vecindario planetario y que potencialmente es un peligro para quienes trabajan por el progreso de la humanidad allá afuera.  

En la vida real no se ha dado un accidente en cadena como el que se describe en la cinta, pero las cifras sobre basura espacial son preocupantes. De acuerdo a la oficina de la NASA encargada de los desperdicios espaciales (NASA Orbital Debris Program Office), existen aproximadamente 500.000 objetos entre uno y diez centímetros  en la órbita de nuestro planeta.  En ese sentido resulta acertado que se califique a la película como un drama de ciencia-ficción.

Si bien Gravedad no fue premiada como la mejor película, fue la que se llevó más estatuillas doradas entre otras a la de mejor director, justo reconocimiento al director Alfonso Cuarón quien orquestó esa pieza sinfónica que transcurre en el espacio exterior. Una sinfonía de acontecimientos vertiginosos y de imágenes impactantes, aunque en el plano actoral se reduce casi a un monólogo de la astronauta que parece destinada a morir fuera del planeta. Finalmente la reflexión es sobre la muerte, todos debemos morir, pero por qué precisamente en el día que uno no lo desea. Uno debería morirse cuando todas las cuentas estuvieran saldadas y los objetivos logrados, cuando uno ya no tuviera nada que aprender más en este mundo, pero no depende de nosotros la cantidad de variables que nos mantienen con vida. Por ello, la necesidad de creer en Dios finalmente.

Sandra Bullock se une a los actores que en tiempos recientes se han enfrentado al tema de los solitarios sin remedio, como Tom Hanks, James Franco, Ryan Reynolds, Suraj Sharma (el inolvidable protagonista de La Vida de Pi, aunque el nombre del actor lo olvidemos) y recientemente Robert Redford. El asunto no es nuevo desde Robinson Crusoe, pero interesante que sea una mujer astronauta la que reviva el mito de quien desea sobrevivir a pesar de las condiciones adversas.

Resulta raro que en Colombia no se haya destacado que en los créditos figura Gonzalo García Barcha, hijo del Genio de nuestras letras, Gabriel García Márquez, quien fue el creativo del título de la película, unas austeras letras blancas que se suspenden en el espacio negro. García Barcha es diseñador y artista que reside en París, desarrollando una exitosa carrera. Curiosamente Gonzalo participa en una película premiada por la Academia, antes que lo sea un día de estos su hermano Rodrigo, celebrado director de cine y televisión en Estados Unidos. Si uno quisiera jugar con los cordones umbilicales como los que usan los astronautas en Gravedad, el tema de la soledad deviene desde el título de la novela clave en español del siglo XX, hasta los terrenos insospechados del espacio sideral.

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Gonzalo García Barcha también aparece como colaborador en el corto Aningaaq dirigido por Jonás Cuarón (hijo de Alfonso) que merecería un premio aparte, pues ofrece la explicación de un diálogo entre gente que habla idiomas diferentes, otro cordón umbilical entre dos obras cinematográficas, una forma inteligente de presentar lo que ocurría con el interlocutor ocasional del personaje de la Dra. Ryan Stone durante su desesperada travesía. El corto aparece en la versión DVD del filme, vale la pena verlo después de apreciar Gravedad.

Después de la entrega de premios Óscar se concluye que las  minorías residentes en Estados Unidos fueron las ganadoras de la reciente edición: mexicanos, afroamericanos y la ciencia-ficción.

Dixon Acosta Medellín

@dixonmedellin

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