Ligera de equipaje

Publicado el Maria Camila Peña B

¿Los libros o el Kindle?

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Soy de las que colecciona libros, papelitos, revistas, folletos, avisos, tarjetas, cartas, periódicos, sobres, mapas; mejor dicho, todo tipo de cosas impresas, guardo hasta las colillas de los tiquetes de los aviones como recuerdos de lugares. Creo que las bibliotecas personales revelan todo de una persona, son un archivo de la vida de cada quien y sus momentos. Me gusta ver como cada cual organizar sus libros y me he dado cuenta que esta simple decisión revela mucho de su personalidad: por temáticas, autores, orden alfabético, editoriales, agrupados por momentos en los que los leyó, divididos entre los que aún aguarda por leer, a un lado los que valen la pena y al otro los que no, por tamaños y grosor, idioma, etc. Disfruto del papel, del olor de un libro viejo, de los objetos que quedan a la deriva entre las páginas leídas, de releerlos y acordarme del momento en que fueron mi compañía. Me gusta descubrir una frase que me llega al alma en esa página doblada, las anotaciones en el papel, las manchas de té, recorrer los lomos con los dedos y adivinar de que libro se trata. No concibo una casa sin la presencia de libros. No confío en las personas que no tienen una biblioteca en casa.

De cómo terminé con un Kindle es otra historia. La decisión tuvo que ver con los viajes y el simple hecho de que uno solo puede llevarse consigo una cierta cantidad limitada de libros. Son las lecturas o la ropa y el equipo de buceo, y me pareció mas práctico reducir el dilema a los libros o el Kindle. No puedo decir que uno es mejor que otro; así que desde este momento confieso que la pregunta va a quedar inconclusa, y lo que voy a tratar es de darles mis razones por las que me di la oportunidad de descubrir el Kindle, aunque ame los libros de papel; y también las desventajas.

La primera está mas o menos esbozada y tiene que ver con que los libros son pesados y difíciles de transportar. Un Kindle básico, según Amazon, pesa menos de 6 onzas, y tiene el tamaño de un libro de bolsillo. Eso significa que se puede llevar en el equipaje de mano sin problema. El aparato, además, en promedio tiene memoria para guardar mas de mil títulos. ¿Cuándo alguien podría llevar mil libros en una maleta?

Lo mas difícil de empacar es escoger qué llevar. La decisión básicamente siempre termina subordinada por el peso y la capacidad. Claro, existen las ediciones de bolsillo y esas siempre fueron mi primera opción. Luego venía la tarea de calcular las lecturas dependiendo del tiempo que durara el viaje, y de escogerlas acertadamente según el destino al que me dirigiera y lo que fuera a hacer. Al final, por mas que quisiera no podía llevar mas de cinco libros para un viaje que terminaba prolongándose por meses. Luego venía la parte mas triste de la historia. Tras leerlos no había mas opción que ir dejándolos en el camino, porque la maleta cada vez se hacía mas pesada y no tenía sentido seguir ocupando espacio con algo que de alguna forma ya había cumplido su función. La melancolía aparecía en el momento de la despedida, para mí esos libros debían terminar en mi biblioteca y no en las manos de un extraño. Otras veces los lograba intercambiar en las librerías de segunda que encontraba en el camino, repletas de novelas de ficción, de lecturas ligeras, de los “best seller” que venden en los aeropuertos. Y cuando lograba encontrar un buen coleccionista de libros, pocas ofertas había en español y para hacerse a un buen titulo siempre había que dar dinero de mas y claro el libro de uno.

Ahí viene la segunda razón. Con el Kindle los títulos quedan almacenados en una biblioteca personal, que aunque es virtual se puede consultar todas las veces que uno quiera y no hay que pensar en intercambios, ni estar buscando en todo lado qué leer, ni en el abandono. A diferencia de lo que yo pensaba, el Kindle solo necesita internet para hacer las descargas y literalmente segundos para que el archivo (no lo voy a llamar libro) llegue al “home” del lector.  De ahí en adelante uno puede leerlos sin necesidad de estar conectado a una red. La biblioteca de e-books, dice Amazon, tiene unos 600 mil títulos, algunos son gratis (la mayoría de los clásicos), otros valen menos de 5 dólares y así. Hacer las búsquedas desde el lector es medio incomodo, para eso yo utilizo directamente la página. Las lecturas están catalogadas por categorías como arte y fotografía, biografías y memorias, historia, humor y entretenimiento, educación y enseñanza, literatura y ficción, misterio y suspenso, política y ciencias sociales, religión y espiritualidad, etc., etc. Y constantemente tienen nuevas ofertas y novedades, así que hay de donde escoger. Hasta el momento yo he encontrado los autores que me interesan y muchos libros a los que no se tiene acceso en Colombia.

Lo que no es tan bueno del Kindle es que la gran mayoría de los títulos están en ingles. Hay una selección en español de 86,766, pero realmente la oferta todavía no se compara con lo que uno podría encontrar en una librería. Muy pocas son las novedades que se encuentran, sobre todo en lo que se refiere a literatura. Yo definitivamente no recomendaría este medio para alguien que no lea en inglés.

Entre las cosas que me preocupaba era el tema de la pantalla y la lecturabilidad de los textos. Pues tengo que decir que la tecnología que utilizan hace que uno se sienta leyendo como en un papel, con los mismo matices y sin la luminosidad de las pantallas normales. La versión básica del Kindle, por ejemplo no tiene luz. La pantalla se puede tocar, sin que queden las huellas y se puede leer perfectamente a pleno sol, sin reflejos. En cuanto a la lecturabilidad, pues no es lo mismo que un libro, claro, y cuesta un poco acostumbrarse. Es mas como leer un documento de PDF, las fuentes se pueden cambiar y  los tamaños también e incluso la distancia del interlineado. Las páginas se pasan presionando un botón, se puede ir para adelante y atrás según se quiera; y en la parte inferior de la pantalla hay una línea que indica qué porcentaje del archivo se ha recorrido.

Para los que les gusta hacer notas mientras leen, existe la opción y también se pueden  subrayar oraciones. Las notas y los destacados quedan guardados en un documento independiente y se pueden hacer búsquedas con palabras claves. Como la opción “buscar” en un archivo de Word. Las anotaciones se pueden compartir con amigos y en redes sociales, si se quiere. El dispositivo también sirve para navegar en internet y tiene incorporado un diccionario, que se puede utilizar interactivamente mientras se está leyendo.

Creo que el Kindle no es para todo el mundo ni para todos los momentos. Uno se acostumbra a utilizarlo, y es práctico, ligero, inteligente y te da acceso a miles de títulos con solo un clic; pero no es un libro, o no como lo conocíamos antes.

Foto: www.publiclibraries.com

@PenaCamila
www.camilapenajournalist.com

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