La revolución personal

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137 – LA CLAVE DE LA ABUNDANCIA ESTÁ EN DAR

La clave de la abundancia esta en dar

Para llegar a ser verdaderamente felices debemos aprender a eliminar factores que inducen tensión en la mente. La práctica de compartir reduce la tensión y así eliminamos el enojo y la avidez, el compartir es una ayuda material para nuestra felicidad”. Maestro Vasant V. Paranjpe en su libro Luz que Conduce al Sendero Divino.

La mayoría de los seres humanos hemos llevado durante toda nuestra vida una carga pesada, todo se nos dificulta, nos cuesta trabajo conseguir las cosas que deseamos. Nos hemos acostumbrado a privaciones, a anhelar lo que unos pocos tienen. Pero ya es hora de cambiar. Entonces lo primero que debemos hacer es abrirnos al Universo, fuente y proveedor inagotable de abundancia, en este caso abrirnos para recibir

El Universo, El Todo, Dios, la Energía, la Divinidad, como queramos llamarlo, es una fuente inagotable de abundancia. Es el origen de nuestros suministros y provee para todos y cada uno nuestros propios y maravillosos canales. Aceptemos esto en nuestra mente. Hagámoslo diciendo varias veces, en voz alta y mentalmente y todos los días: Ahora recibo toda la riqueza que la Fuente Inagotable del Universo tiene para mi. Y demos gracias al Universo.

Dar es la clave de la abundancia. Cuando compartimos con espíritu de humildad estamos dando el primer paso para recibir. Pero debemos tener en cuenta que lo que compartamos sea de nuestra propiedad. También para completar el ciclo debemos estar dispuestos a aceptar; dar y recibir.

Debemos darnos primero a nosotros mismos, si no estamos bien cómo pretendemos ayudar a otros a que lo estén.

Compartir tiene las siguientes connotaciones:

Es nuestro deber compartir, debemos agradecer a la persona que compartamos ella es la causa de nuestra bienaventuranza. No compartamos por fama o nombre, Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha.

Compartamos con quien necesita, esto se llama caridad; compartamos con quien no necesita, esto se llama generosidad. Veremos que en momentos de necesidad las cosas nos llegarán sin haberlas pedido.

Espiritualmente ayudar satisface nuestra alma y nos llena de bienaventuranzas. Sicológicamente nos hace pensar que nos sobra que tenemos abundancia y por ley Universal lo que demos se nos multiplicará

No hay ningún motivo para no compartir nuestros bienes, la fuente Universal de donde emana todo, es infinita e inagotable ¡y nos pertenece a todos!.

El Diezmo

A veces el diezmo se hace un asunto bastante complicado, en primer lugar hay algunas personas que colectan el diezmo y terminan gastándolo en su propio provecho. Como segunda medida, cuando una persona se gana una buena cantidad de dinero por algún negocio que hizo, sufre un conflicto enorme de conciencia para decidirse a diezmar honestamente.

Por supuesto que no estamos en contra del diezmo, el diezmo es la principal actividad del compartir, pero para evitarnos conflictos, analicemos de una vez por todas lo que podemos hacer con el diezmo. Podemos darlo a la iglesia a la que pertenecemos, podemos darlo a las familias necesitadas, podemos darlo a las familias no necesitadas, podemos darlo a una fundación que propenda por un bien común, podemos darlo a nuestra familia, podemos encontrar algún tío, un sobrino, un hermano, que esté pasando dificultades económicas. Podemos empezar por ayudar al familiar y luego a las personas y familias diferentes a la nuestra. También podríamos enviarlo a la persona que puso un anuncio que rezaba mas o menos lo siguiente: “Si desea aumentar sus ingresos en un ciento por ciento, envíeme el diez por ciento de todo lo que gana y se volverá multimillonario”. Bueno, la idea es que cada persona decida como debe entregar su diezmo, sin presiones de ninguna clase; pero hagámoslo visualizando que tenemos tanto, que podemos desprendernos fácilmente del diez por ciento y así creamos una conciencia de prosperidad.

No acumulemos en forma innecesaria

Acaparar o atesorar cosas significa desequilibrio. El desapego nos permite vivir de una forma sencilla y con pensamientos elevados.

Hacemos una recomendación especial, revisemos nuestras pertenencias una vez al año, por ejemplo nuestro ropero, si hallamos algo que no nos hayamos puesto durante un año, saquémoslo aparte y busquemos una persona que lo necesite y que sí lo vaya a usar.

Esquirla: Proponemos como complemento leer el libro “El Vendedor Mas Grande del Mundo” de Og Mandino. Es entretenido y pequeñito pero con una gran enseñanza.

Bromelias de El Edén - Fotografía: E.P.M.
Bromelias de El Edén – Fotografía: E.P.M.

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