La realidad para dummies

Publicado el Nicolás Acosta

Confundiendo Peras con Manzanas en el caso Petro

Perdimos la objetividad en el caso Petro. Nos convencimos de que todo lo que teníamos que hacer, sin importar si se es un juez, un ciudadano o un político, era tomar partido a favor o en contra de la destitución del alcalde y de su gestión. Esta realidad, nos ha llevado a perder la perspectiva y sacar varias conclusiones a la ligera.

1. La procuraduría sí podía sancionar a Petro y la potestad es lógica. Podía hacerlo porque así lo indica el numeral 6 del artículo 277 de la Constitución Política. Y lo puede hacer bajo una lógica muy sencilla: Los poderes y funciones de los funcionarios públicos están limitados por la ley. No porque a mí me hayan elegido por voto popular quiere decir que yo puedo hacer lo que quiera. Todo lo contrario, con mayor razón si la incumplo en ejercicio de una potestad pública, debo responder y ser sancionado de la forma más expedita posible. La ley es para todos pero, especialmente, para los funcionarios públicos. Esa es la razón de ser del Estado de Derecho y explica la existencia y las potestades de la Procuraduría.

2. La sanción de Petro sí fue injusta y desproporcionada. No porque, con una lógica muy clara, la procuraduría tenga la potestad de destituir a funcionarios públicos, quiere decir que lo pueda hacer con cualquier motivo o justificación. La posibilidad de destituir sólo es una opción viable cuando el funcionario público incurre en una falta “gravísima” es decir cuando comete un delito sancionado en la ley colombiana a título de dolo. En palabras coloquiales cuando, sabiendo y queriéndolo hacer, el funcionario incumple una ley. Haber cambiado el sistema de basuras como lo hizo Petro puede que lo convierta en un improvisador sí pero, nunca, en un delincuente que sabia y quería cometer un injusto. A los ineptos los (debería) sancionar políticamente el electorado, pero nunca el procurador. Imponer, además, una inhabilidad de 15 años, cuando personas como Samuel Moreno apenas fueron separadas de su cargo por unos meses, es, a todas luces, una desproporción.

3. Petro sí ha sido un pésimo alcalde. No porque lo hayan destituido de una forma injusta y, en especial, desproporcionada quiere decir que el tipo sea un buen alcalde. Que una persona tenga que demorarse 2 y 3 horas para poder llegar a su trabajo y devolverse es absurdo. Que la calidad de la educación sea como es en Bogotá es absurdo. Que los bogotanos tengamos que aguantarnos un servicio como el que presta Transmilenio sin que se haga nada para solucionarlo es absurdo. Que no podamos salir a la calle sin esperar ser víctimas de un atraco o un paseo millonario es absurdo. Petro ha sido el peor alcalde que ha tenido Bogotá.

4. Mecanismos de defensa. Tampoco porque la sanción sí sea injusta y desproporcionada, se puede pretender que los derechos vulnerados del alcalde se puedan reclamar de cualquier manera. Hay procedimientos, hay mecanismos definidos y hay instituciones que se tienen que respetar. La manera, demorada pero efectiva como se demostró en el caso de Alonso Salazar, es interponiendo un recurso de nulidad y restablecimiento del derecho. Coger, en cambio, un mecanismo tan importante en este país como el de la tutela y presentar cientos de ellas desnaturalizándolo, no sólo es un claro acto desmedido que afecta el aparato judicial sino que demuestra, una vez más, que al ex alcalde poco o nada le importa el respeto por los procedimientos y las normas. Rechazar, además, las tutelas no quiere decir que se esté a favor del procurador. Simplemente el mecanismo no es el conducente para hacer valer los derechos del alcalde. Eso es todo.

5. Sistema Interamericano de Derechos Humanos: Por último, y nuevamente, se ha confundido el hecho de que la sanción es desmedida con el hecho de que se debían acatar las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Si el presidente lo hubiese hecho, habría significado de forma inmediata una infinidad de demandas de parte de decenas de funcionarios, elegido por voto popular, destituidos (senadores vinculados con la parapolítica, Piedas Córdoba etc etc) exigiendo un tratamiento igual.

 Así, en suma, creo que se están confundiendo las peras con las manzanas. Mientras una cosa es la potestad de la procuraduría, otra son las condiciones en las cuales se ejerce. Mientras una cosa es que exista una sanción desproporcionada, otra son los mecanismos conducentes para señalar la desproporción. Mientras una cosa es que los mecanismos escogidos no sean los adecuados, otra es que se esté, o no, de acuerdo con la sanción impuesta.

Twitter: @nicolasacosta33

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