La droga, ¿y Colombia?

Publicado el Jorge Colombo*

La desinformación como terapia de aversión

En el momento en el que se decidió cuales estupefacientes prohibir y cuales permitir, los criterios que se usaron respondían más a prejuicios que a conclusiones científicas. Se hacía referencia en ese entonces a riesgos aparentes o a estudios que hoy en día no cumplirían con el rigor académico. Por ejemplo, el famoso rumor según el cual la marihuana destruye neuronas se originó con un estudio en el que asfixiaron monos con humo [1]. Igualmente un estudio concluía que el uso de la hoja de coca embrutecía, destruía los dientes, engendraba hábitos anti-higienicos y malnutrición [2]. Hoy por hoy, aunque se sabe que todo esto es falso, el daño ya esta hecho y la gran mayoría de la gente aún hace referencia a estas mentiras para demonizar al Cannabis y a la coca.

Y no es que el consumo de estupefacientes este libre de riesgos, pero hacer referencia a falsedades para justificar una política pública no tiene presentación en una sociedad que se funda en la razón. La divulgación de mentiras es irresponsable e inmoral. Los que defienden la guerra contra las drogas se escudan diciendo que este esfuerzo es moralmente necesario, ya que lo que esta en juego es la salud pública y la libertad de los individuos. Y así justifican todas las formas de lucha contra el «flagelo de la droga»: mienten, reprimen, discriminan, usan la violencia, destruyen el medio ambiente y legislan arbitrariedades.

Aunque hoy en día sabemos que el consumo de marihuana o el de hoja de coca acarrea menos consecuencias adversas en la salud que el consumo de alcohol o el de tabaco, nuestro Consejo Nacional de Estupefacientes se dedica a difundir mentiras con folletos hechizos. Desde la página de Internet de un programa auspiciado por entidades oficiales, se puede descargar folletos proselitistas de la ideología prohibicionista [3]. Tal y como por la calle algún miembro de una secta o grupo religioso ofrece a los peatones un panfleto con teorías de dudosa procedencia; nuestro Ministerio del Interior y de Justicia nos dice que la marihuana contiene cantidades astronómicas de nicotina que destruyen los pulmones y que las leyes punitivas son un buen mecanismo de prevención de consumo. Estas dos afirmaciones han sido desmentidas por estudios rigurosos [4] [5], pero eso poco importa a la hora legislar. En el mismo folleto se explica que la marihuana y la cocaína son sustancias estupefacientes tal y como lo son el alcohol y el tabaco, pero que solo el uso de las primeras dos es indebido. Implícitamente se sugiere que el consumo de las otras dos es menos preocupante. La verdad es que según varios estudios el consumo de alcohol y de tabaco es más preocupante, no solamente a nivel personal sino también a nivel social, que el consumo moderado de cocaína o de marihuana.

La política prohibicionista siempre se ha dedicado más en defender una ideología que en decir la verdad. Educar a la gente nunca ha sido su prioridad. El caso se asemeja a los que deciden esconder todos los aspectos de la sexualidad humana como método de prevención de embarazos en adolecentes. Así pues, lo que abunda en nuestra sociedad es un desconocimiento abrumador alrededor de las drogas. Finalmente, esta ignorancia de la gente es la mejor forma de garantizar que el mismo pueblo se encargue de apoyar una política tan catastrófica para el propio país como lo es la guerra contra las drogas.

Nota: aquí presento tres tablas comparando diferentes drogas en lo que se refiere a riesgo de adicción y a la nocividad [6] [7] [8]. Cabe anotar que en el estudio publicado en The Lancet no se hace distinción entre la cocaína y el crack/basuco/paco, como sí se hace en el estudio holandés, lo que catapulta a la cocaína a los primeros lugares.

Sustancia Proporción de usuarios que han desarrollado adicción
Tabaco 31.9%
Heroína 23.1%
Cocaína 16.7%
Alcohol 15.4%
Estimulantes 11.2%
Sedantes 9.2%
Cannabis 9.1%
Analgésicos 7.5%
Sicodélicos 4.9%
Inalantes 3.7%
Escalafón de drogas de acuerdo a su nocividad
The Lancet (UK)
RIVM (NL)
1. Heroína 1. Crack
2. Cocaína 2. Alcohol
3. Barbitúricos 3. Heroína
4. Metadona 4. Tabaco
5. Alcohol 5. Cocaína
6. Ketamina 6. Metadona
7. Benzodiazepinas 7. Metanfetaminas
8. Anfetaminas 8. Anfetaminas
9. Tabaco 9. Benzodiazepinas
10. Buprenorfina 10. GHB
11. Cannabis 11. Cannabis
12. Solventes 12. MDMA
13. 4-MTA 13. Buprenorfina
14. LSD 14. Ketamina
15. Metilfenidato 15. Metilfenidato
16. Esteroides Anabólicos 16. Esteroides Anabólicos
17. GHB 17. Khat
18. MDMA 18. LSD
19. Poppers 19. Hongos alucinógenos
20. Khat

Referencias

[1]: B. Harvey, The Union: The Bussines Behind Getting High, extracto, BKS Crew Productions Inc., 2007.

[2]: A. Henman, P. Metaal, Coca Myths, Drugs & Conflict Debate Papers 17, TNI Briefing Series, Junio de 2009.

[3]: Manual sobre programas de prevencio?n del uso indebido de drogas con participacio?n de los jo?venes, Una gui?a de desarrollo y perfeccionamiento, Oficina de las Naciones Unidas de Fiscalizacio?n de Drogas y Prevencio?n del Delito, 2002.

[4]: M. Kaufman, Study Finds no Cancer-Marijuana Connection, The Washington Post, Mayo 26 de 2006.

[5]: L. Dugenhardt et al., Toward a Global View of Alcohol, Tobacco, Cannabis, and Cocaine Use: Findings from the WHO World Mental Health SurveysPLOS Medicine, 2008.

[6]: J.C. Anthony, L.A. Warner, R.C. Kessler, Comparative epidemiology of dependence on tobacco, alcohol, controlled substances, and inhalants: Basic findings from the National Comorbidity Survey, Experimental and Clinical Psychopharmacology 2, pp. 244-268, 1994.

[7]: David Nutt et al., Development of a rational scale to assess the harm of drugs of potential misuse, The Lancet, volumen 369, número 9566, pp. 1047-1053, 24 de Marzo de 2007.

[8]: J.G.C. van Amsterdam et al., Ranking van drugs, Een vergelijking van de schadelijkheid van drugs, reporte 340001001/2009, Rijksinstituut Voor Volksgezondheid en Milieu (RIVM) 2009.

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