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La era digital: ¿una oportunidad para redefinir los parámetros sociales?

No existe duda que nuestra especie se encuentra en una transición marcada por la influencia de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Aunque conservamos nuestra esencia, las TIC han transformado nuestro entorno, los escenarios sociales y la forma de aprender. En realidad somos más complejos hoy que en toda nuestra existencia, por lo tanto es momento ideal para comenzar a re-comprendernos con el fin de establecer protocolos sociales acordes a nuestra realidad.

Aunque la Teoría del Aprendizaje Conectivismo no es nueva, está siendo usada para sustentar situaciones que teorías anteriores no contemplaban de cara a las condiciones actuales.

Años atrás, el conocimiento transferido padre-hijo u obtenido a través de la vida misma era suficiente para emprender un negocio prometedor, más adelante fue necesario por lo menos contar con un pregrado y hoy no es suficiente con obtener títulos de posgrado. El conocimiento se está multiplicando exponencialmente y ha reducido su vida útil, de forma tal que ciertas teorías de años atrás ya no son viables o fueron sustituidas por otras mejores, lo cual nos exige continuar aprendiendo continuamente por el resto de nuestras vidas.

Hay tantos temas que incorporar a diario, que seguramente un individuo no alcanzará a abarcarlos en su totalidad; de ahí nos hemos visto en la necesidad de seleccionar aquello que nos interesaría aprender de acuerdo a nuestros intereses y necesidades utilizando diferentes fuentes para ese aprendizaje y de forma no lineal. Gracias a la sofisticación de buscadores y al gran repositorio de conocimiento que es Internet, hemos desarrollado nuevas habilidades para clasificar temas y volver a ellos cuando sea necesario sin necesidad de guardar todo en nuestra memoria.

Internet y el nivel de conectividad que ostentamos ha democratizado el conocimiento no solo desde el acceso al mismo, sino también desde su producción. Las nuevas generaciones han dejado atrás la costumbre de ser consumidores de contenidos y casi en su totalidad, se han convertido en productores constantes de información de diferente índole como de entretenimiento, noticiosas, deportivas, audiovisuales, gráficas, etc. Las nuevas generaciones son cada vez más dependientes de la conectividad pero a su vez más independientes de un lugar fijo de trabajo, estudio o encuentro social. Es gracias a estas condiciones que ha variado considerablemente nuestra forma de relacionarnos. 

creatividad

Paradójicamente, evitar hacer contacto con un desconocido en la calle es producto del temor, pero conocer nuevas personas o inclusive aceptar el contacto de alguien que no sabemos de dónde proviene en nuestras redes sociales es algo comúnmente aceptado. De esta misma forma, Internet se ha convertido en una plataforma que de alguna manera ha modificado nuestros comportamientos y percepciones. Nuestros perfiles son cada vez más públicos, tanto así que muchas compañías complementan sus procesos de selección con búsquedas exhaustivas en redes sociales y publicaciones en la red para determinar rasgos de personalidad requeridos y constatar habilidades descritas en el perfil profesional.

Los dispositivos móviles en manos de las generaciones contemporáneas han desencadenado toda una revolución en redes sociales y han modificado la forma de comunicarnos, inclusive el lenguaje, a fin de facilitar y agilizar su escritura. Estas nuevas formas de comunicación exigen del medio una pronta respuesta a un nicho emergente, tanto en el desarrollo de nuevas herramientas (Apps) como de la misma educación. Si los profesores quieren llegar a sus estudiantes, deben hablar un mismo lenguaje; deben comprender que los jóvenes a pesar de ser mejores lectores, hoy leen menos de un mismo tema, dado que necesitan contenidos más concretos en dosis continuas y requieren de elementos multimediales que estimulen su atención y mejoren su recordación.

Con los nuevos desarrollos el papel ha perdido protagonismo, cada vez es menos frecuente escuchar el argumento de “extrañar el olor de un libro” o “sentir el paso de las páginas con los dedos”. Resumir complicadas explicaciones de varias páginas por medio de una animación, un video, un timeline o simplemente escuchar el prólogo de boca de su autor nos permite agregar nuevas emociones al placer de leer.

Día a día contamos con dispositivos más poderosos e inteligentes y existe una relación más estrecha con nuestro trabajo y entorno, por lo tanto cada vez nos sumergimos en una sociedad más dependiente de la tecnología. Es una decisión particular unirse a la corriente o resistirse al cambio. Sin lugar a dudas, estamos cambiando, pero este cambio ya no pertenece a generaciones, el cambio es continuo y muy seguramente debemos estar preparados para asumirlo.

 

Marcelo Gómez
Gerente de Proyectos
Corporación Colombia Digital

 

*Imagen tomada de Getty Images

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