Hablando China

Publicado el linahuang

Cultivar la vida en el país del Centro

Respirar. Algo que hacemos todos los días, sin darnos cuenta, hasta que tenemos gripa o cuando por alguna razón, se ve obstruida esta función natural. La respiración,  para la cultura y la medicina china está asociada al corazón; aunque el corazón es al mismo tiempo la mente, voluble a las emociones e imágenes externas que, si se terminan creyendo demasiado,  se pueden volver peligros. Pero en cambio, si la mente-corazón está en el centro, la energía y creatividad fluyen y se  reflejan en la armonía con el propio cuerpo y con el entorno. El corazón-mente, es a fin de cuentas, el regente de los órganos y las emociones asociadas a cada uno de los órganos, al estilo de un Emperador con sus súbditos. Por tanto, si no hay una respiración “fina”, es porque el corazón está agitado y al mismo tiempo se va a afectar todo lo que está subordinado a este. De hecho, la palabra que se usaba antiguamente para respiración lleva los caracteres de “sí mismo” y corazón o mente.

Pero ¿cómo se llega a este Centro? Los chinos hablan de un camino “Dao”, un avanzar, un movimiento que une los opuestos para encontrar la luz. Se trata dejar pasar los pensamientos y las imágenes falsas para encontrar una sabiduría de vida. Desligarse de las cosas externas es entonces para los chinos,  encontrarse a sí mismo dentro de la vida, vivificar lo oscuro y luminoso que hay dentro de sí, como explica Carl Jung, el padre de la psicología profunda,  en el prólogo de la traducción (por Wilhelm) del libro El Secreto de la Flor de Oro, donde se explican métodos del yoga chino para lograr a través de diversas técnicas, cultivar la energía interna, y de esta forma, cultivar la vida.

Este encuentro del propio centro, sin embargo, no está destinado a lo individual. Aunque igual que a Occidente, en China hay diversas corrientes de pensamiento, en general, la mayoría siempre unen el individuo a lo colectivo. Ser uno con la naturaleza, con el otro, con el mundo. De esta forma, los asuntos del día a día continúan, pero quien ha unido los opuestos dentro de sí,  vive igual y distinto al mismo tiempo. “Aquel que no sabe desatarse por sí mismo, es atado por las cosas”; dice el Zhuangzi, uno de los libros representativos de la filosofía china. Quien se ha desatado, sigue en el mundo, pero lo ve de otra manera.

PD: 

Este es un esbozo de la Conferencia EL ARTE DE SABER VIVIR: EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO,  que dictaré a través de Centro China el día miércoles 28 de octubre de 5 a 7 pm en el salón 126 de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, dentro del marco de las conferencias de calobiótica china que  se realizan con el grupo de Estudios chinos de la Universidad Nacional. 

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