Son muchas cosas las que queremos los diplomáticos y siempre es arriesgado intentar hablar en nombre de un grupo; sin embargo, hay algunas cosas que considero que son constantes, no sé si unánimes, pero definitivamente mayoritarias entre los miembros de la carrera diplomática y consular de Colombia.

Me atrevo a asomarme a estas cosas porque he tenido la oportunidad de compartir en dos de los principales espacios que agrupan a los diplomáticos de carrera: la Asociación Diplomática y Consular de Colombia “ASODIPLO” que agrupa a la mayoría desde hace más de 42 años y la Unión de Diplomáticos de Carrera “UNIDIPLO” de más reciente creación y de carácter sindical. Estas dos agremiaciones, desde sus propios espacios y naturaleza, buscan el fortalecimiento y la profesionalización del servicio exterior colombiano.

ASODIPLO, con una labor de gran constancia, trabaja desde el prestigio y posicionamiento que le da su larga trayectoria con importantes logros para el fortalecimiento de la Carrera en Colombia y desde el peso intelectual que ha obtenido mediante publicaciones como este blog y la revista Orbis, así como mediante la participación de sus miembros en congresos, foros, actividades académicas, etc. UNIDIPLO, de creación más reciente, utiliza otras herramientas dada su naturaleza jurídica, como la presentación del pliego de peticiones ante la mesa de negociación del Ministerio de Relaciones Exteriores en calidad de sindicato de los funcionarios de carrera diplomática.

La labor de estas agrupaciones, y lo que los diplomáticos hemos exigido en tales espacios o por otros medios, no se reduce simplemente a aspiraciones de mejoras laborales como salarios más altos o más vacaciones o privilegios especiales. Considero que nuestras preocupaciones se pueden agrupar en tres líneas principales:

1. Herramientas para hacer nuestro trabajo.

Disponer de un cuerpo diplomático profesional y no proporcionarle herramientas es equivalente a disponer de un ejército entrenado y enviarlo a la guerra sin armas o con armas que no funcionan bien. Son muchos los casos en los que tenemos que enfrentarnos a este tipo de situaciones, el más notorio, probablemente, sea el de la atención consular.

Pasa con demasiada frecuencia que nuestros connacionales acuden a los consulados para hacer un trámite y este no se puede efectuar porque no hay sistema. El Sistema Integral de Trámites y Atención al Ciudadano “SITAC” es obsoleto y falla constantemente. Es comprensible que los usuarios, que a veces viajan horas para hacer sus trámites, se sientan frustrados cuando no son atendidos debido a estos fallos. Nosotros compartimos esa frustración, especialmente porque somos quienes debemos dar la cara frente a ella. ASODIPLO se ha reunido varias veces con diferentes administraciones de la Cancillería para solicitar una solución efectiva y ha publicado análisis y estudios al respecto; esto también es parte del pliego de peticiones de UNIDIPLO. Con ello lo que demostramos es que queremos hacer mejor nuestro trabajo: atender las necesidades de los colombianos en el exterior, y no podemos hacerlo si no tenemos las herramientas para ello.

Este problema no se limita a lo consular. Ocurre también que tenemos a veces un ejército que se prepara para luchar y luego no es enviado a la batalla. Una de las labores de los diplomáticos es realizar un ejercicio minucioso de análisis para establecer la posición del país frente a un tema que puede ser de vital importancia, lo lamentable es que cuando llega el momento de la negociación internacional, muchas veces no podemos asistir porque nos niegan la comisión. La ausencia de nuestros diplomáticos en estos espacios se convierte en un retroceso para el país. La ausencia no suele ser la mejor forma de ganar una batalla.

Estos y otros ejemplos son aún más incomprensibles si tenemos en cuenta que el año pasado Cancillería devolvió una parte sustancial de su presupuesto no ejecutado. Entonces, está claro que, por un lado no disponemos de herramientas apropiadas para hacer nuestro trabajo y, por otro lado, se cuenta con el presupuesto para adquirir estas herramientas, pero no se emplea. Creo que todos, funcionarios y usuarios, estamos de acuerdo en la importancia, en la necesidad de que se estos recursos se inviertan en proporcionar las herramientas apropiadas para atender a los colombianos y para defender los intereses de Colombia.

2. Profesionalización del servicio exterior.

El término “profesionalización” puede sonar ambiguo ya que sugiere que no existen personas con título universitario en el servicio exterior. Lamentablemente, ocurre; sin embargo, no se trata de esto. Que se entienda el alcance de lo que significa un servicio exterior profesional, ha sido una de las labores constantes y más productivas de la Asociación Diplomática -ASODIPLO. La profesionalización del servicio, se refiere a la necesidad de contar con funcionarios especializados y dedicados a una labor, en contraste con la asignación a dedo de personas que desempeñan ocasionalmente esa labor sin un conocimiento especializado o una dedicación específica a ella. En general, se refiere a la creación de carreras en las funciones públicas.

Con frecuencia se habla de la asignación de embajadores que no son de carrera. Al respecto, la constitución de Colombia es clara: los cargos de embajador son de libre nombramiento y remoción, y corresponde al presidente designar a las personas para estos cargos siempre que cumplan con los requisitos para ello (uno esperaría que estos requisitos sean por lo menos los que se exigen para ingresar al rango más bajo de la carrera diplomática: ser colombiano y no tener doble nacionalidad, contar con un título profesional y hablar un segundo idioma de uso diplomático).

Sin embargo, el problema no se limita a la designación de embajadores, que está amparada por la ley. Es la designación de diplomáticos en todos los otros rangos lo que se convierte en una práctica injustificable y velada. En todos los servicios exteriores se cuenta con embajadores que no son de carrera, pero en ningún servicio diplomático serio se tienen funcionarios diplomáticos provisionales en todos los rangos. Basta con mirar la diplomacia de Estados Unidos o Brasil, por poner un par de ejemplos. Siguiendo con la analogía del ejército, esto es equivalente a designar como coronel o mayor a alguien que no tiene el menor entrenamiento o experiencia en combate y enviarlo a la batalla solo porque es de mi círculo de amigos: lo más probable es que obtenga una derrota.

El ingreso a la carrera diplomática y consular de Colombia se hace por concurso de méritos. Esto significa que los diplomáticos de carrera no tenemos deudas con uno u otro político o partido. Tenemos una deuda con el Estado y un compromiso con nuestro país, y por ello tenemos la autonomía y la capacidad para ponernos al servicio de nuestros connacionales sin distinguir colores políticos. Como cualquier cuerpo de carrera, servimos a nuestros conciudadanos bajo los lineamientos que establece cada gobierno y controlamos y vigilamos que la administración de los recursos públicos sea democrática. Es por ello por lo que la Asociación Diplomática y Consular de Colombia -ASODIPLO, ha dedicado varias décadas a la profesionalización del servicio exterior y por lo que uno de los puntos del pliego de peticiones de UNIDIPLO es el aumento de cupos de ingreso a la carrera diplomática: para que más colombianos puedan acceder a ella por mérito y así contemos con más funcionarios cuyo único compromiso sea con el país.

3. Fortalecer la política exterior de Colombia.

Nuestro trabajo es defender los intereses de Colombia en el escenario internacional y asistir a los colombianos en el exterior. Los puntos anteriores: contar con herramientas adecuadas y profesionalizar el servicio exterior, le apuntan directamente a nuestro interés en fortalecer la política exterior de Colombia. Son muchas las cosas que suman a este propósito y que los diplomáticos hemos solicitado desde hace tiempo: transparencia en la administración de recursos, celeridad en los procesos, fundamentación en la toma de decisiones. Este último punto es de vital importancia para nuestro país.

Si bien es cierto que muchos de los aspectos de la diplomacia requieren de reserva, también es cierto que esta reserva se emplea muchas veces en forma equívoca para favorecer una opacidad en los procesos del Ministerio. Esta falta de transparencia hace que muchas decisiones parezcan arbitrarias e inconsecuentes, en todos los niveles. Tenemos demasiada discrecionalidad en muchos de los procesos y así no es difícil que se presenten situaciones ambiguas. Un ejemplo es la asignación de destinos de los diplomáticos. ¿Cuáles son los criterios para que se asignen? ¿Por qué algunas solicitudes son atendidas y otras son ignoradas incluso cuando presentan las mismas condiciones?

Queremos una Cancillería que responda a los desafíos actuales de la diplomacia, una Cancillería fortalecida y modernizada, un Ministerio con procesos claros, con rutas institucionalizadas, con procesos de toma de decisiones basados en evidencia científica, una cancillería participativa y democrática abierta a todo el país, y no solo a unos cuantos, que cuente con los recursos necesarios para atender las necesidades de los colombianos y para defender los intereses de Colombia con fuerza, con solidez, con eficiencia. Esto es, principalmente, lo que queremos los diplomáticos.

*Carlos García, es Ingeniero Químico con maestría en Eduación y estudiante de doctorado en Pensamiento Complejo. Primer Secretario de Carrera Diplomática y actualmente coordinador de divulgación y selección para el ingreso a la Academia Diplomática.

** Las opiniones expresadas en el blog corresponden únicamente a los autores y no comprometen a la Asociación Diplomática y Consular de Colombia “ASODIPLO”.

Avatar de Asociación Diplomática y Consular de Colombia

Comparte tu opinión

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 EstrellasLoading…


Todos los Blogueros

Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones, contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.