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Probablemente usted está comprando un pescado ilegal y todavía no lo sabe

¿Cada cuánto come bagre o capaz? ¿qué pasaría si le dijeran que cada vez que compra capaz, en el 90% de las plazas de mercado bogotanas le están vendiendo un carroñero amazónico repleto de mercurio, cuya pesca y comercialización ya fue prohibida en el país?

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El pez mota se hace pasar por pez capaz en pescaderías del interior del país. / Foto: Diego Pinzón Másmela – Universidad de los Andes

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Por: María Paula Rubiano
Periodista Blog El Río y El Espectador

A finales de 2014 y principios de 2015 los noticieros se llenaron de alertas por una amenaza creciente que se estaba tomando las plazas de mercado del interior del país. Se trataba del pez mota, un carroñero amazónico que el Invima recomendaba dejar de consumir, pues el 54% de las muestras de mota que la entidad había analizado tenían niveles de mercurio superiores a los permitidos por el Ministerio de Salud y por la Organización Mundial para la Salud (OMS).

Las alarmas ya las había prendido una investigación adelantada por la Universidad de los Andes y la fundación Omacha. La investigadora principal, Susana Caballero, encontró en 29 muestras de pez mota concentraciones de mercurio entre 3 y 4 veces por encima de lo recomendado por la OMS. De hecho, pescar y comercializar el pez mota está prohibido en Brasil hasta el año 2020.

A pesar de las presiones, el Invima no se pronunció de forma definitiva: dijo que necesitaba hacer más pruebas para concluir realmente qué tan tóxico era el pez. En diciembre de 2016, y sin hacer mucha bulla, el Invima le entregó a la Autoridad Nacional de Pesca (Aunap) su informe final. Lo que encontró fue tan aterrador como se había predicho.

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En las 207 muestras de pescado mota que analizó, la entidad encontró trazas de mercurio. Y en el 70,5% de ellas, se superó lo permitido por el Ministerio de Salud. De las 30 muestras tomadas en las plazas de mercado de Bogotá, el 90% tenía más mercurio que el autorizado por la ley. Los resultados fueron tan alarmantes que el Invima le pidió a la Aunap tomar cartas en el asunto.

Así lo hicieron: la Aunap emitió el pasado 23 de agosto la resolución 1710 de 2017, en la que prohibió, “de manera precautoria y por tiempo indefinido” la captura en las cuencas de la Amazonia y la Orinoquia y la comercialización en todo el país del Calophysus macropterus, comunmente conocido como pez mota, simi o comegente.

El problema es que que la gente no suele pedir pez mota cuando va a la pescadería. Quienes compran este peligroso animal en realidad están buscando bagre o capaz, ese pez del río Magdalena con el que se prepara el tradicional Viudo de pescado. Como fisicamente son tan parecidos, la gente no se da cuenta de que les están vendiendo un pescado prohibido.

Pero ¿cómo empezó este “gato por liebre”?

La receta que llenó las plazas de mercado del interior del país de pez mota tiene varios ingredientes. El primero de ellos es la sobrepesca del pez capaz en el río Magdalena. Durante años, los pescadores lanzaron sus redes y capturaron peces capaces grandes y pequeños. Si bien el Inderena reguló la pesca de esta especie en los años setenta y ochenta, la población siguió disminuyendo de forma dramática.

De acuerdo con una investigación citada por la Lista Roja de especies amenazadas (IUCN por sus siglas en inglés), en 1994 se capturaron 4.500 toneladas de capaz. Para 2009, eran apenas unas 200 las toneladas que sacaron del Magdalena. Según Protección Animal Internacional, en el río Magdalena, desde 1974 hasta hoy, el volumen de captura ha caído un 90%. “En otras palabras, hoy solo puede extraerse el 2% del capaz que se extraía hace cuarenta años”, explica la organización.

Fue así como la especie entró a la lista de especies en peligro de extinción y como llegó a convertirse en una especie agotada para consumo. No obstante, en los restaurantes de todo el país, la demanda por un delicioso plato de Viudo de pescado seguía intacta. De alguna forma había que darle gusto al paladar de los colombianos: aquí es cuando entra el pez mota.

Despreciado por los habitantes de las cuencas del Amazonas y el Orinoco, el pez mota es un carroñero que se alimenta de otros animales muertos, por lo que en su sangre, las concentraciones del mercurio que cada vez más asfixia al Amazonas son muchísimo más elevadas que en otros animales. Su apariencia es muy similar al pez capaz: bigotes, piel grisasea, ojos saltones.

No tardó mucho tiempo para que a algún avivato se le ocurriera traer el pez mota hasta las plazas de mercado del interior para venderlo como el “capaz del Amazonas”.  Datos de la Autoridad Nacional de Pesca (Aunap) revelaron que la comercialización del mota pasó de 50 toneladas anuales en 1998, a 1.200 en 2010. Una cifra que en 2015 ya llegaba a las 1.400 toneladas.

En 2015, el gobierno de Brasil decidió prohibir la venta del pez mota pues su caza estaba relacionada con la pesca ilegal de delfines rosados. ¿Cómo? porque resulta que el anzuelo que más muerden los peces mota son aquellos en los que hay trozos de delfín rosado, una especie amenazada cuya población disminuye un 10% cada año, según datos oficiales de Brasil.

minfopezmotablogelriomapa-02En 2014, la bióloga de los Andes, Susana Caballero, encontró que solo en el río Solimoes (Brasil) cada año se matan entre 1.200 y 1.600 delfines rosados para ser usados como carnada del mota. En toda la región del Paraná la cifra podría ascender a los 2.500 delfines sacrificados, señaló una nota de la Universidad de los Andes. Y como en Brasil, donde se hace la pesca, vender mota está prohibido, todo ese pescado termina entrando a Colombia por Leticia.

El estudio que hizo Ceballos en 2014 demostró que de una muestra de 86 pescados que se vendían en plazas de mercado como pez capaz, el 90,7% resultó ser Mota y tan solo el 1,15% resultó ser la especie en cuestión. Esa situación no ha cambiado mucho: de acuerdo con un sondeo hecho por Protección Animal Mundial este año, de 43 plazas de mercado Bogotá, 40 vendían mota como si fuera pez capaz, a pesar de la restricción de la Aunap que prohibe vender este pescado.

Además, tras un sondeo en línea, la organización encontró que 9 de cada 10 colombianos “no pueden distinguir visualmente entre el pez mota y el capaz o capacete”.

¿Qué hacer para no ser engañado?

Si bien la resolución de la Aunap es un primer paso, es difícil echar a andar los mecanismos para que la Dirección Técnica y de Fomento de esa entidad se ponga a revisar y modificar, uno a uno, los permisos de pesca artesanal de pez mota que existen en la cuenca del Amazonas.

Además, aunque haga ese proceso, hay que educar a los oficiales en los puertos del Amazonas para que no dejen pasar este pescado proveniente de Brasil; y en las plazas, a los comercializadores que lo siguen vendiendo con o sin conocimiento de la nueva norma. Eso, sin contar con aquellos a quienes no les importan los permisos para vender.

De acuerdo con la organización Protección Animal Mundial, lo mejor que puede hacer el consumidor es abstenerse de comprar lo que le venden como pez capaz, que casi siempre resulta ser mota. Y es que las diferencias son tan sutiles que en algunas pescaderías visitada se modificó la apariencia física del pez mota para disimular aún más el engaño. “Y cuando el pescado se vende fileteado, detectar el fraude es casi imposible para el consumidor promedio”, dijo la organización.

Por eso, si después de leer este artículo lo sigue comprando, sepa que es bajo su propio riesgo (y el de su familia).

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