Las comunidades veredales de municipios como El Paso y San Diego, y los habitantes de los barrios ribereños de Valledupar (Cesar) han denunciando reiteradamente la trágica contaminación de sus afluentes, ocasionada por las diversas captaciones y vertederos clandestinos que existen en las cuencas media y baja del río Guatapurí, así como la deforestación de sus rondas y la extracción ilegal de materiales de arrastre en el río Cesar.
La sequía ha dejado al río Guatapurí con un caudal prácticamente invisible y con graves consecuencias ambientales por la acumulación de material de arrastre contaminante.
Por: César Andrés Rodríguez
Periodista Blog El Río
Fotografías: Joaquín Ramirez – Diario El Pilón – (Valledupar)
El panorama ambiental colombiano inició el 2016 con las alarmas encendidas por cuenta de la agresiva sequía que actualmente padece la mayoría de regiones y que tiene a más de 120 municipios soportando dramáticos escenarios de racionamiento y escasez de agua potable. En las últimas semanas el IDEAM decretó una alerta roja, dado que los ríos Magdalena y Cauca alcanzaron sus niveles mínimos históricos en poblaciones como Honda, Tolima, La Victoria y en gran parte del Valle del Cauca. Sin embargo comunidades y autoridades afirman con contundencia que el poderoso ‘Niño’ que azota actualmente a Colombia, representa apenas la punta del ‘iceberg’ de una compleja serie de consecuencias relacionadas con prácticas ambientales irresponsables, explotación desmedida de recursos naturales y ausencia de regulaciones estrictas que permitan garantizar la adecuada conservación de los ecosistemas del país.
El departamento del Cesar no ha sido ajeno a los terribles estragos que ha dejado a su paso el presente fenómeno climático; basta con realizar un breve recorrido por las riberas de las cuencas Cesar y Guatapurí para evidenciar la dramática reducción que han sufrido sus cauces y verificar la alarmante disminución en los registros de litros de agua por segundo que proporcionan hoy en día los dos principales afluentes de la región. Estos factores, sumados a problemáticas como la deforestación, el despilfarro de agua, la extracción ilegal, la escasa atención que se presta a las reservas forestales y el inadecuado manejo de desechos urbanos e industriales, han provocado el estado crítico ambiental que se vive en este departamento del noroccidente colombiano y que hace parte de 1 de las 3 regiones más afectadas por la cruda sequía (después de la región Andina, según cifras oficiales – IDEAM).
Noviembre de 2015 .
Desaparece el agua en una zona minera del Cesar. / Foto: Diario El Pilón – 2015 –
Dentro de este preocupante contexto, cerca de 500 mil habitantes de la capital cesarense y de los corregimientos rurales contiguos viven en una constante zozobra, que se agudiza con el paso de los días por causa del recrudecimiento de la sequía en el país y la progresiva desaparición de sus principales fuentes hídricas. Aunque éstos ríos cristalinos nacen en el corazón de la majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta y alimentan en su recorrido a una variedad de lagunas y ecosistemas acuáticos asombrosamente biodiversos, trágicamente, durante su trayecto por las cuencas baja y media, ambos experimentan una dramática transformación en su calidad y oferta hídrica, ocasionada por las desviaciones ilegales que, durante años, han contaminado sus aguas con metales tóxicos como: plomo, mercurio y cadmio, entre otros químicos.
El río Cesar es quizás el caso mas preocupante de contaminación para las autoridades ambientales (CORPOCESAR). Ha sido declarado como un ‘río muerto’ por las comunidades pesqueras quienes afirman que jamás nadarían o consumirían un pez de sus aguas por las consecuencias que acarrearía para la salud de su organismo. Lo anterior hace parte de las múltiples problemáticas que han amenazado el desarrollo ambiental de la región durante la reciente temporada y forma parte de una lista de nuevos y alarmantes factores negativos como los incesantes atentados ecológicos, de autoría criminal, en distintos ecosistemas de la zona, o la alerta máxima decretada en 13 de las 25 poblaciones del departamento por el inminente riesgo de incendios en las zonas de vegetación y cultivo.
Kaleb Villalobos – Director CORPOCESAR – «El director inaugurando el POMCA de la Quebrada Buturama (Cesar) – Foto: Twitter Kaleb Villalobos
La reelección del director de CORPOCESAR, Kaleb Villalobos Brochel (Magister en gestión ambiental para el desarrollo sostenible), plantea un escenario de posibles y esperanzadoras soluciones para combatir las enfermedades ambientales que mantienen a los ríos del Cesar en cuidados intensivos y con pronóstico reservado. En recientes declaraciones, Villalobos afirmó: «La recuperación del río Cesar es uno de los grandes retos que tenemos entre ceja y ceja; vamos a sacar adelante el proyecto del Ecoparque Río Guatapurí, presentado el día de la posesión. Esto dividirá la historia del turismo en la región y también tiene fines de conservación del río para ejecutar acciones concretas y que queden incluidas dentro del POMCA«. Según el director, la rápida implementación de los planes de ordenamiento y manejo ambiental de los ríos (POMCAS) del Caribe, determinará las soluciones indicadas a los problemas más críticos, los cuales deberán enfrentar mancomunadamente las autoridades para poder contrarrestar futuras amenazas.
Un panorama menos próspero y más realista planteó el ambientalista Alberto Gutiérrez Pineda, quien manifestó que en el Cesar no existe la suficiente capacidad institucional para enfrentar la amenaza climática o para solucionar los problemas actuales y, a su vez, extendió un mensaje de conciencia a la comunidad, invitando a evitar el derroche e incentivando un consumo responsable de nuestros recursos naturales . El futuro del medio ambiente en el Caribe se encuentra amenazado por las manos de la misma comunidad que podría rescatarlo. Luchar por la conservación de estos territorios naturales y los ecosistemas de cada región debe plantearse como el punto principal de desarrollo para cualquier plan de ordenamiento en el país.
*Agradecimientos al Diario El Pilón por su colaboración.
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