El ojo de Aetos

Publicado el elcides olaznog

Llegó diciembre, ¿con su alegría?

Con tres hechos que han acaparado la atención de los medios en los últimos días se puede ver con claridad meridiana lo que fue Colombia en el 2012 y lo que nos espera en el “próspero” 2013.

 Los últimos quince días en Colombia han pasado con mucho agite y de escándalo en escándalo. El veredicto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sin embargo, opacó los escándalos “menores” y acalló las voces que denunciaban los regalos de Navidad de los concejales de Bogotá y de los congresistas. Los primeros pedían camionetas de únicamente 135 millones de pesos pero con la condición de que se las entregaran el 24 de diciembre, vía arbolito de Navidad. Los otros, tan considerados, no solo pedían una sino dos camionetas pero no compradas sino arrendadas, supongo que para que no salieran tan caras. Votaré en las próximas elecciones por el autor de la iniciativa, la madre que sí.

 En ambos casos querían otra bolita en el arbolito, que eran (son) los subsidios para gasolina, para mantenimiento y unos que otro pesito para los peajes y unos buenos millones para pagar los daños cuando ebrios se estrellaran y volvieran m… las camionetas. Pero, en el caso de los concejales de Bogotá, los suertudos bogotanos con sus protestas consiguieron que no se compraran las pinches camionetas, pues su director administrativo dijo que la compra no era prioridad y que los Honorables Concejales, en un gesto de generosidad con sus electores, deberían esperar hasta los primeros días de febrero entrante para estrenar nave. Loa a Dios, señor administrador, por aplazar unos días la perversa compra de vehículos.

 A quien sí le llegó billete en rama navideña fue al HP (honorable parlamentario) Juan Manuel Corzo que le ganó al Estado una demanda por 800 millones de pesos, por el secuestro de que fue víctima cuando en 1999 fuera retenido por el ELN un avión de Avianca en el aeropuerto de Bucaramanga. Yo, como siempre tan solidario con la causa de mis hermanos HP, pienso que más es la bulla porque… qué son 800 millones de pecuecos pesos colombianos, comparados con los 13 mil millones que pedía la señora Ingrid Betancur por el mismo concepto. O comparados con los ciento y pico mil millones de pesos que le costó a la señora canciller María Ángela Holguín la cumbre de Cartagena para traer a Barak Obama a compartir escenario con Shakira. ¡Una bicoca!

 Excelente fallo, digo yo. Pero con una “regla de tres simple” pienso: si por unos meses de secuestro de un parlamentario, es decir, de un sujeto que no sirve para nada más que para soltar babosadas desde la presidencia del Senado, el tesoro nacional debe desembolsar 800 millones, ¿cuánto deberá pagársele, por ejemplo, a Johan Steven Martínez, hijo del sargento mayor del Ejército José Libio Martínez, quien después de durar más de catorce años secuestrado y torturado, fue vilmente asesinado por sus captores? Recordemos que Johan Steven es el famoso niño que durante todos los años de su corta vida no hizo más que abogar ante los medios mostrando su carita inocente para que los secuestradores le permitieran conocer a su padre, retenido meses antes de su nacimiento.

 Pero todo eso pasó a mejor vida en las noticias de los grandes medios, para darle paso a un asunto de mayor envergadura: el despojo de decenas de miles de kilómetros cuadrados de mar caribe en el archipiélago de San Andrés en favor de Nicaragua. Sin embargo, al gobierno no le preocupó tanto el absurdo fallo de la hoy archifamosa Corte internacional; no, la catástrofe del gobierno de Santos no es haber perdido 90 y pico mil kilómetros cuadrados de mar territorial sino haber perdido ONCE puntos de popularidad en las encuestas. País de m…, dijo la vieja tía Empera cuando le comenté el asunto.

 De todos modos, para disimular y ver cómo se recupera parte de esos kilómetros de mar, perdón, de los once puntos de popularidad del presidente, el gobierno lleva dos semanas dando pataleos de ahogado y gastando dinero a raudales en asesorías jurídicas y demás babosadas que no conducirán a nada más que al ridículo internacional.

 Dice un amigo argentino que Colombia debe mostrarle los dientes a Nicaragua para que los nicas, a la cabeza de su degenerado y borracho presidente, sepan con quién se están metiendo. Pero no se debe olvidar que aunque la vetusta armada nicaragüense es menos peligrosa que el barquito de papel del también argentino Leonardo Favio, tiene un aliado muy poderoso en el ya no tan nuevo mejor amigo de Santos. El presidente Chávez tiene unas ganas tremendas de estrenar el armamento nuevo y sofisticado que compró en los tiempos de Uribe Vélez. En otras palabras, el democrático presidente venezolano, con una pata en el cementerio y otra en Miraflores puede ser decisivo en un eventual conflicto bélico con Nicaragua.

 Llegó diciembre con su alegría para los prósperos empresarios, para los altos mamadores del erario nacional y distrital, para los deportistas de elite pero no para los trabajadores colombianos que tienen que mendigar cada año unos punticos de reajuste a su salario supermínimo, mientras que las roedoras de siempre en el congreso y en los cabildos municipales y en las oficinas públicas tiene su arbolito lleno de regalos y su nevera harta de pavo y de champaña francesa. Para ellos va mi saludo decembrino con toda mi consideración y respeto. Sólo les pido que cuando estén en el clímax de su hartazgo etílico y gastronómico, recuerden por unos segunditos que son los del salario mínimo los que proveen sus panzas y sus gaznates. Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

 Colofón: a un gobierno “Roncador” en asuntos de diplomacia internacional solo le “Quitasueño” la pérdida de puntos de popularidad en las encuestas. ¡Viva la reelección de Juan Manuel Santos!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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