La semana pasada escribí un blog sobre errores femeninos en el sexo, por cierto la más leída de todas mis entradas en este espacio. A pesar de las aclaraciones que hice al comienzo, se vino una oleada de críticas hacia mi persona, incluyendo comentarios poco amistosos hacia mi madre, abuela y bisabuela. «¿Por qué somos nosotras las que siempre tenemos que cambiar?». «¡Ustedes también se equivocan!». «¿Tanto estudiar Sexología para terminar siendo igual que todos?».
Ante lo delicado de la situación, decidí adelantar esta segunda parte, que obviamente pensaba escribir. Chicas: nosotros también tenemos que mejorar, y bastante.
El cambio más general que debemos hacer los hombres es repensarnos. Creemos que con tener un rendimiento sexual óptimo ya es suficiente, y eso no es difícil de lograr con un buen asesoramiento profesional y quizás una ayuda médica. Cuando sabemos que el pene funciona a la perfección, como un reloj suizo, y entonces no se cae, no se apura y además se recupera rápido, pensamos que tenemos el podio asegurado. No vamos a negar que a las mujeres les encanta el sexo, disfrutan de la penetración y también de sentir –por medio de una buena erección- que su hombre está excitado y conectado con ella. Pero no es suficiente. Muchachos: ellas necesitan mucho más que una máquina de sexo, y ya verán de qué se trata. Veamos ahora algunas recomendaciones para que los aciertos sean más que los errores.
–No descuides el trato personal. Aunque te parezca mentira, una conversación amena en un ambiente agradable, es estimulante para una mujer. Tómate el tiempo para hablar, decirle cosas bonitas, seducirla, acariciarla, hacerla sentir especial… eso es mucho más afrodisíaco que unos bíceps que hacen estallar las mangas de una camisa. Como dijo alguien, «conquista mi mente, y poseerás mi cuerpo».
–El cuidado de la imagen también es cosa de hombres. Parece que son ellas las que deben invertir en ropa interior, perfume, manicure, entre otros. Pero atención, que un hombre que tiene un estilo personal al vestirse, las manos limpias y cuidadas, algunos accesorios que den un toque de distinción, unos buenos calzoncillos (slip o bóxer, según los gustos), proyecta una imagen más atractiva. No te olvides de estos detalles.
–No te apures. Nosotros tenemos un impulso sexual que a veces es como una olla a presión, pero ellas suelen tener tiempos más pausados mientras se va activando su deseo y su excitación. Disfruta del sexo a fuego lento, y ambos van a conectarse más.
–No pienses en la mujer como si fuera un hombre. Ya sabes, los hombres somos muy visuales, y muy genitales en lo que respecta al sentido del tacto. Ellas en cambio tienen el clítoris más arriba de lo que pensamos: en el oído, o en las fosas nasales. Háblale al oído, en algunos momentos de manera sensual y susurrante, y en otros –cuando la temperatura es más alta- de modo lascivo y hasta morboso. Coloca una música adecuada para el momento, de acuerdo a las preferencias de los dos. Higieniza bien tu cuerpo, utiliza un buen perfume, y no dejes de aromatizar el ambiente.
–No estimules su clítoris como si fuera un botón mágico. El clítoris es una maravilla, ¿quién lo puede negar? Miles de terminaciones nerviosas, que proveen una sensibilidad increíble, y por eso se requiere de delicadeza. No es un órgano cuya estimulación oral o manual encienda la excitación de la mujer, sino que se requiere de un juego que involucre otras partes del cuerpo, diferentes acercamientos y sensaciones. Una vez que el clítoris se ha ingurgitado –es decir aumentado su tamaño por la congestión sanguínea- llegó la hora de actuar. Ahí si, tocando la zona apropiada con cierta presión, movimiento y ritmo, es posible llegar a un estallido inigualable. Entonces el clítoris tiene su ciencia: no es tocar por tocar, en cualquier momento y de cualquier manera, sino que debemos ensayar y estar atentos a las señales de la mujer para encontrar la forma más apropiada.
–No huyas apenas eyacules. A veces la eyaculación femenina produce como una eyección –no “erección”- es decir saltas inmediatamente a lavarte, prender la TV, buscar una cerveza o llamar al taxi. Pero cuidado: este momento, en el cual se comparten besos, abrazos y palabras tiernas, es crucial para ellas. Está bueno que tú también aprendas a disfrutarlo.
–No hagas lo que se supone que hacen todos los buenos amantes. Tenemos estereotipos muy marcados por la pornografía, que indican una serie de pasos secuenciales marcando cómo se debe actuar con una mujer. Eso nos convierte en mecánicos y predecibles. Recuerda: tu objetivo es ser distinto, no igual al resto. Si actúas con inteligencia sexual, serás inolvidable.
Espero con estas líneas contribuir a una mejor calidad de vida erótica de mis miles de lectores y lectoras. De verdad, me encanta ver todo lo que se genera en redes sociales en torno a estos temas, y sentir que con apenas un rato de mi tiempo puedo ayudarte a disfrutar más. Un mundo sexualmente satisfecho, es un mundo más feliz y menos violento.
Como siempre, quedo atento a tus comentarios en mi Twitter @citaconezequiel y mi Fan Page de Facebook https://www.facebook.com/ezequiellopezperalta
Y más información en mi libro, “El erotismo infinito”. ¡Hasta la próxima!