El Blog del Cerebro

Publicado el Virginia Rojas Albrieux

Para Quienes No Duermen…

Man That Cannot Fall Asleep

Es claro que dormir lo suficiente es tan importante como cualquier otro elemento vital para una buena salud -por ejemplo el alimentarnos de manera saludable, o ejercitarnos regularmente. El sueño no es un lujo sino un componente básico dentro de un estilo de vida saludable, y es una necesidad biológica. Independientemente de cuáles sean nuestros intereses y metas, dormir lo suficiente nos pone en una mejor posición para disfrutarlos y logralos.

La falta de suficiente sueño trae una variedad de efectos indeseables y desencadena consecuencias desde moderadas hasta graves para nuestra salud y calidad de vida.

La deprivación de sueño – el no dormir las suficientes horas por períodos de tiempo prolongados (días, meses, o años), según una gran cantidad de estudios, nos hace más propensos a enfermedades virales. Por ejemplo, una investigación realizada por Archives of Internal Medicine  arrojó que las personas que duermen menos de siete horas por noche tienen tres veces más probabilidades de enfermarse.

El aumento de peso es otro factor que se ve impactado por el número de horas que dormimos, según la revista Obesity. Aparentemente este vínculo es aún más fuerte en los niños. La falta de suficiente sueño tiende a interrumpir las hormonas que controlan el apetito y el hambre, y adicionalmente el cansancio producto del sueño faltante, desestimula el ejercicio. Por otro lado, este exceso de peso aumenta el riesgo para una cantidad de problemas de salud.

Otra consideración a tener presente es que las personas que padecen insomnio durante el lapso de un año o más, o que duermen menos de 5 horas por noche, según un informe de Diabetes Care, tienen 3 veces más posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 comparado con quienes no tienen esta dificultad. Al parecer esto tiene su explicación en la desregulación hormonal que se desencadena con la falta de sueño. Así también, la presión arterial alta también se triplica en sus probabilidades para aquellos que duermen poco y/o mal, según informe de Sleep.

Adicional a la presión arterial alta, también se manifiestan más frecuentemente en esta población el colesterol y los triglicéridos altos, todos bien conocidos factores de riesgo para la enfermedad cardíaca.

Las enfermedades mentales, según lo confirman un sinnúmero de estudios, parecen tener como uno de sus detonantes comunes el insomnio. Así, la deprivación de sueño precede frecuentemente los diagnósticos de depresión y de trastornos de ansiedad.

Además de lo ya expuesto en cuanto a la vulnerabilidad que desencadena la deprivación del sueño sobre el desarrollo de enfermedades físicas y mentales, está muy bien estudiado cómo esta condición aumenta el ausentismo (laboral), reduce la calidad de vida, debilita nuestro desempeño cognitivo, e incrementa el riesgo de accidentes.

En la próxima publicación escribiré más sobre el sueño y algunas recomendaciones para mejorarlo.

Dulces sueños!

Comentarios