El avispado digital

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Cinco pa’ las doce: 2016 del «orto» al ocaso

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“Los días y los meses son viajeros de la eternidad. Así pasan los años.” –Matsuo Basho

Sucumbimos ante el tiempo. Desde el momento en que nacemos…, morimos; y siendo tan copiosa la embriagante bebedera de estas fiestas despidiendo el año, se observa en la tierra de los vivos, muchos muertos.

El muerto que no separa la cara de su smartphone perdiendo esa luz de experiencia en los ojos de sus viejos, en las ilusiones de sus hijos cazadores de las nubes, vagabundas del cielo.

El muerto adulador de un político. Ese mismo que engaña, roba y corrompe.

El muerto que discrimina. Raza, color y género, ¿cuándo será más importante la tonalidad en los ojos? ­ —Pregunto yo—.

El muerto que aún cree en el apocalipsis descrito por un libro. Jinetes descolgados del cielo echando candela por el ano para ajusticiar a la humanidad. Cómo podemos tragarnos lo anterior si todos los días somos espectadores del auténtico infierno en La Guajira y en Siria; o en el Amazonas herido por el mercurio. Madre de Dios, La Pachamama—.

El muerto adorador del dinero. Capaz de definir riqueza, hablará de un metal como el oro. Ahora bien, un campesino tiene el abono de su tierra que es natural, sus animales, las montañas llenas de aire fresco, los ríos, el olor de sus cultivos. Entonces, que alguien me defina la palabra riqueza.

Sucumbimos: pedimos más series de narcos, entregamos el agua, aplaudimos la corrupción, las redes sociales se han convertido en el desahogo de los idiotas con argumentos bizantinos. Se nos fue el planeta de las manos.

Sueño con mejores años venideros, sucumbiré todos los días al amor de mi familia, de aquellas personas que me quieren y quiero; por último, a la idea de luchar por un mundo mejor.

Felices fiestas, despiértenme cuando pase (la guerra) el temblor.

Por: -Andrés Felipe Osorio-

@pipemagenta

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