La semana pasada hablamos de las consecuencias de los factores psicosociales en el trabajo, esa bomba invisible que destroza a millones de personas producto de su estrés laboral. Puede leerlo AQUÍ.
Hoy vamos a ver algunos estilos de afrontamiento de estrés en el trabajo, es decir, como las personas intentan manejarlo, algunas veces con éxito y en otras ocasiones para empeorar.
Búsqueda de apoyo social
Cuando la persona acude a esta forma de enfrentar su estrés laboral las primeras personas que lo notan son su familia cercana. Desde que llega del trabajo empieza a hablar de su jefe, de las responsabilidades que tiene, de las “injusticias” a las que se vio enfrentado, las circunstancias difíciles que afrontó en su jornada. Sus allegados escuchan y normalmente dan consejo. La historia se repite más o menos día a día.
La persona que sufre, habla y se vuelve mono temática. Su conversación es una queja prolongada, de lo mal que se siente y como le tratan en su trabajo.
No es una opción muy útil para solucionar el problema de raíz pero son más los beneficios que los daños, pues esta forma de afrontar la tensión emocional no produce efectos adversos, aunque en algunos casos puede dañar relaciones con los más cercanos. Casi que se puede decir que es una forma benévola de abordarlo pero casi inútil en cuanto a la solución real del problema.
Despliegue emocional negativo
En este caso el individuo aquejado por estrés laboral entra en una espiral de sentimientos negativos que incluyen el preguntarse una y mil veces ¿Por qué a mí? Las personas aquí también pueden auto culparse sin parar: Soy Un… soy una… También entran aquí el sentirse incapaz de abordar el problema, paralizarse o darle trascendencia mayor de la que tienen algunos incidentes.
En resumen, la tendencia aquí es agrandar el problema y causar conmoción interna y externa pero si visos de solución real.
Pensar que el orden natural de las cosas es que los asuntos del trabajo siempre vayan mal, entran en esta categoría.
Somatización
Ante las situaciones de estrés en el trabajo una de las formas como este se evidencia es a través de síntomas físicos: dolores de cabeza, problemas estomacales,alergias, síntomas cardiovasculares o del sistema musculo esquelético.
En otras ocasiones en lugar de producir condiciones relativamente leves, lo que hace el estrés laboral es agudizar, o como dirían los médicos exacerbar problemas médicos ya existentes. Enfermedades por mucho tiempo “dormidas” o controladas reaparecen cada cierto tiempo y precisamente en las épocas de mayor tensión laboral. El resultado es un aumento de las bajas laborales por incapacidad en los momentos más estresantes en la organización.
Espiritualidad
Sin que llegue a ser totalmente efectiva, es una de las formas más benévolas que encuentra la gente para afrontar las situaciones difíciles. Ir más regularmente a la iglesia, comentar la situación con el pastor, orar y pedir a Dios ayuda en estos difíciles momentos es una forma válida para disminuir la presión si bien no significa que sea una solución adecuada. Y no lo es, porque la solución raizal implica una sana espiritualidad pero también sabiduría para abordar las causas y enfrentarlas en un modo más real.
Evitación
A algunas personas les afecta el estrés laboral, y mucho, pero han elegido enfocarse en otros temas y evitar hablar de él y abordarlo a través de la fuga, de la huida frenética en otras actividades. Son personas que a la hora de salida se dirigen al gimnasio o hacer algún deporte. Son individuos que evitan hablar del tema y prefieren enfrascarse (muchas veces de modo frenético u obsesivo) en otros temas como una medida de emergencia contra el estrés del trabajo.
Dependiendo de la intensidad de las conductas de evitación, que por sí mismas si son muy intensas pueden llegar a ser un problema, esta forma de solución no es del todo mala si bien posterga la solución y tiende a volverla crónica.
Auto agresión
Abusar de la comida como forma de enfrentar el estrés. Fumar o consumir bebidas alcohólicas en exceso. Iniciar a tomar o aumentar las dosis de medicamentos ansiolíticos. Hacer ejercicios hasta quedar al borde de la extenuación. Sobre ocuparse y trabajar más de la cuenta en un intento por “exorcizar” la solución son formas de agredir nuestro cuerpo y a la par que daña nuestra salud, tampoco ayudan mucho en la solución e incluso empeoran el problema. Tomar excesiva cantidad de calmantes para el dolor, abusar de anti ácidos y otros medicamentos también entra en esta categoría. De manera general, realizar actividades repetitivas e intensas, cualquiera que sea, en perjuicio de la salud.
Enfrentar el problema
Es lo que todo el mundo debe hacer: analizar las causas del problema y establecer un plan de acción para tratar el asunto. Hablar con las personas implicadas en la solución y poner en marcha cambios concretos. Comprometerse con el cambio, realizar un plan por etapas y cumplirlo en lo posible. Es claro que el empleado no puede solo y necesita el apoyo de su empleador. No siempre el jefe es el más indicado pero en toda organización siempre hay personas dispuestas a escuchar y ayudar.
Lo importante es saber que el estrés dañino no es un resultado “natural” del trabajo. Lo importante es tener claro, muy claro, que el trabajo es y debe ser una fuente de trascendencia, y si se quiere, de alegría. Lo importante es saber que el empleador está obligado, por ley, a evaluar y a realizar planes de acción con los empleados estresados y con las fuentes generadoras de estrés.
Lo importante es reconocer el problema, saber que está allí y tener deseos de cambiarlo.
El estrés dañino en el trabajo no es una causa natural del trabajo, es una fuente de enfermedad. El trabajo es pertenencia, es alegría, es productividad, es compañeros(as), es una fuente enorme de realización personal.
Si el trabajo te enferma (por estrés o por otra razón), algo está mal.
Más reflexiones y recursos AQUÍ.
Ramon Chaux
Psicólogo Organizacional