Con-versaciones

Publicado el Bat&Man

No nos engañemos: ganó la abstención

Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía.

-Charles Bukowski-

"El vuelo de la libélula delante del sol", de Joan Miró.
«El vuelo de la libélula delante del sol», de Joan Miró.

Bat: Más del 56% de los colombianos aptos para votar no acudieron a las urnas. Si las matemáticas no me fallan, podemos decir entonces que la gran mayoría de este país está conformada por gente que no cree en el Congreso. Que no cree en el voto. Que no cree lo suficiente en ningún candidato. ¿O me equivoco?

Man: Que no creen, o no saben, no les importa. Son apáticos y agachones. Dejan el campo libre para que otros decidan por ellos. Es un ejército de quejosos que si no votan, tampoco tienen derecho a criticar nada de lo que haga el próximo Congreso. Tuvieron la oportunidad de decidir y la dejaron pasar, ahora, que chupen.

Bat: Más allá de los juicios sobre los abstencionistas, el fenómeno es muy interesante para analizar cómo los ciudadanos están procesando la política actual. Pero súmele a eso los votos no marcados, los votos nulos y los votos en blanco en estas elecciones:

Votos no marcados: casi 736 mil. O sea un 5.7% que prácticamente duplica el registro de las últimas elecciones. Este tipo de votos son una abstención activa; la persona va a la urna, pero decide no elegir a ninguno. Probablemente solo buscan el certificado electoral para obtener algún beneficio.

Votos nulos: casi 1 millón 350 mil votos. O sea un 10.5% del total. Casi igual a lo que ocurrió en las anteriores elecciones.

Votos en blanco: cerca de 715 mil. Es decir que sumaron un 5.5% y duplicaron los votos en blanco de las elecciones pasadas.

Mejor dicho, si sumamos la abstención de hecho más este tipo de votos, que más o menos son lo mismo, nos da un total de 78.4%. ¿Ah? ¿Cómo le parece? Estamos hablando de que el actual Congreso fue elegido por un porcentaje de poco más del 21% de los electores

Pintura de Joan Miró.
Pintura de Joan Miró.

Man: Yo tomaría un poco más de precaución con esas cifras. Por ejemplo, es difícil saber qué tanto porcentaje de los votos nulos obedeció a un rechazo por los candidatos y cuántos tienen que ver más bien con que algunas personas no saben cómo votar. Así que yo no los metería en el mismo paquete tan alegremente.

Bat: Tiene razón. Pero aún quitando el porcentaje de los votos nulos, el rechazo a los candidatos sigue siendo mayoritario. Por mucho.

Man: Finalmente eso no cuenta. Los elegidos, elegidos están. Les guste o no a los que se abstuvieron o votaron en blanco, los que ganaron nos van a gobernar a todos y de nada sirvieron esos votos chimbos.

Bat: Sirven, claro que sirven. Para que nos demos cuenta de lo pírrico que fue el triunfo de los ganadores. Que nos demos cuenta de que en Colombia sí es mayoritario el inconformismo frente a la clase política. Que el establecimiento no tiene el apoyo de la gente y que los anti-establecimiento no han sido capaces de canalizar el descontento y convertirlo en una decisión a favor de ellos. Que reina una profunda desilusión, una profunda desesperanza frente a la política en el país. El nuevo congreso se levanta sobre eso, no sobre “la voluntad popular mayoritaria”, como tanto cacarean.

Man: Pero, en plata blanca, ¿eso qué importa?

Bat: Importa detectar, con una prueba numérica como son las elecciones, que está dada una de las condiciones más importantes para un cambio profundo. Las verdaderas mayorías no creen en lo que hay y eso es crucial para los ciegos que sí quieren ver.

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