Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

El minimalismo en la vida

Le adjudican al genio de Leonardo da Vinci la frase: “La simplicidad es la máxima sofisticación”. En algunos casos la sentencia se cumple, pero no en todos. El minimalismo en el arte plástico ha hecho protestar a las personas que están por fuera del mundo del arte, pues con tan mínimos elementos, el mensaje es muchas veces también mínimo; en otras de sus facetas, es, en cambio, impactante y acertado.

El minimalismo fue un movimiento artístico que se expandió hacia el diseño, la arquitectura y la música. Buscaba llegar a  la máxima simplicidad, economía de lenguaje, sencillez y purismo. Algunos ejemplares del minimalismo, sobre todo en la arquitectura y en diseño, son extraordinarios, pues muestran la potencia funcional, expresiva y sobre todo estética de la abstracción. Sentimos un gran placer cuando después de reducir al máximo y quitar lo que sobra descubrimos, desnudo, lo esencial.

Iglesia del arquitecto minimalista Tadao Ando

Los teoremas matemáticos parecieran perseguir, de alguna manera, la idea contenida en la frase de Leonardo da Vinci. La potencia de una ley es poder explicar muchas ideas con un mínimo elementos. Los matemáticos y físicos se emocionan estéticamente con estas fórmulas condensadas, cortas, que explican y predicen entes enormes de la realidad. Un teorema pobre define o explica pocas cosas, un teorema potente, muchas; contiene una gran cantidad de información condensada. La simplicidad entendida así, como la capacidad de síntesis, de guardar mucha información en algo sucinto, es la máxima sofisticación imaginable.

En las formas del mundo real no es nada fácil entender la diferencia. Pensemos en una esfera y en un caracol. A nuestros ojos la esfera es simple, su volumen se describe usando pocos recursos: 4/3 de pi por r al cubo. El caracol, con su forma de tornillo que se adelgaza hacia la punta, nos parece complejo; necesita un número mayor de instrucciones para ser hecho. Las instrucciones matemáticas para describir uno y otro son menos complejas en el primer caso. Pero hay formas que parecen complicadas y en realidad resultan de instrucciones simples, como algunos patrones repetitivos o algunos fractales. La repetición es un tipo de complejidad, pero muy sencillo, pues es mucho de lo mismo; y claro, en un orden y posición específicos. En las teselaciones el orden y la posición son instrucciones. La simetría es repetición, es una forma de simplicidad. Los matemáticos la describen como movimientos que se le hacen a una figura o volumen sin que varíe su forma, sin que haya cambios.

Los diseños simples de los cuchillos Global

 

Los movimientos anti consumismo son una forma de minimalismo llevado a la vida. Un minimalista de la cotidianidad revalúa la cantidad de objetos que necesita para estar bien y los rebaja al mínimo. Ser minimalista para la vida implica ir contra la naturaleza humana, contra la irracionalidad  que nos hace similares a las ardillas: acumuladores sin vergüenza alguna. No nos caben los objetos en la casa y compramos cada día más y más chécheres. Con el vestuario es más pronunciada la necesidad de acumular y guardar. Venimos mal diseñados para el siglo 21, pues nuestro diseño corresponde a un mundo donde los bienes eran escasos; las telas se producían manualmente y eran relativamente costosas; los vestidos se confeccionaban a mano, lo cual hacía que cada cosa valiera mucho, no solo en dinero sino en costo humano. Con la producción industrial y la manufactura de millones de personas pobres que trabajan en China, India y Bangladesh por un salario miserable, empresas como Forever 21, Mango, Zara, etcétera, producen en masa y venden en miles de millones. Así compramos, compramos como enloquecidos, cuando está claro que para lucir bien no es necesaria la cantidad. No sobra recordar que la escultora francesa del siglo 19-20, Camille Claudel, tuvo solamente dos vestidos en su vida de adulta. Somos los más insaciables depredadores del planeta. ¿Cuántos zapatos, cuántas camisetas,  cuántos bolsos, medias, ropa interior, chaquetas necesita un hombre? Como dice el presidente José Mujica: “Con el hiperconsumismo olvidamos las cosas fundamentales de la vida y gastamos nuestras fortalezas en frivolidades que tienen muy poco que ver con la felicidad humana”. Volvamos al minimalismo, sigamos el consejo del famoso arquitecto Mies van der Rohe: Menos es más.

Sobre el minimalismo en el vestuario del presiente Obama: http://www.fastcompany.com/3026265/work-smart/always-wear-the-same-suit-obamas-presidential-productivity-secrets

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