Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Dormir para inventar

Todos sabemos lo reparador que puede ser el sueño, conocemos las delicias de una buena noche, el inmenso placer que es desaparecer cada día, durante siete u ocho maravillosas horas. Pero no todos sabemos que dormir y soñar son fundamentales en el desempeño intelectual, creativo, artístico y emocional.

dormirAlgunos dirán que las pesadillas pueden volver tortura esas horas. Las pesadillas y los sueños son misteriosos; sin embargo, hasta cierto punto se pueden controlar. El afligido de pesadillas debe pensar en su terrible sueño justo después de tenerlo, y tratar de completarlo de una manera en la cual los horrores sean vencidos, dándole un buen final, como si terminara una historia escrita, para bien del que sueña. Dicen algunos conocedores del sueño que es posible reeducar la mente, para que pase del terror a la solución. También sugieren pensar en lo que se desea soñar cuando se está en la cama, antes de dormir, pensar voluntariamente.

Al dormir, el cerebro ejecuta un proceso crucial para el aprendizaje, la memoria y la creatividad: selecciona la información que tiene interés y desecha y olvida la información irrelevante. Después de que ha guardado en la memoria la nueva información, empieza a realizar conexiones y asociaciones libres, que muchas veces conducen a nuevas ideas. Por eso es que al despertar vemos muchas veces los mismos problemas con otros ojos.

A la idea de que el cerebro consolida información durante el sueño, con el fin de hacer nuevas conexiones, han llegado, después de hacer experimentos, lo científicos Stickgold Robert y su alumno Matthew P. Walker, profesores de la Universidad de Berkeley, California; también el investigador de MIT Matthew Wilson y el premio Nobel Francis Crick, junto con Graeme Mitchison.

En 1980, Crick y Mitchison propusieron la teoría de que el sueño era fundamental en la creatividad y el aprendizaje. Aseguraban que durante el sueño REM, la mente se encuentra activa y probablemente durante esa etapa del sueño estamos pensando; la información nueva viaja al hipocampo, se selecciona lo útil y las soluciones creativas surgen cuando nuevas conexiones se crean con la información seleccionada.

En Alemania, en la universidad de Lübeck, se hizo un experimento para comprobar la teoría de Crick y Mitchison. El propósito era medir si el acto de dormir actuaba como un catalizador en la resolución de problemas o si en realidad era mejor gastar todo el tiempo pensando en estos. Se reunió a un grupo de voluntarios, a los cuales se les entregó un problema. Se les explicaba una vía de solución para el mismo, algo larga y complicada. El problema podía ser resuelto por otro camino más sencillo, que se les ocultaba. Dividieron el grupo en tres partes, trabajarían ocho horas en la solución del problema, pero organizados de forma distinta. El primer grupo podría trabajar y dormir y volver a trabajar, el segundo trabajaría en el problema continuamente y el tercero podría tomar una corta siesta. El 70% de los probandos del primer grupo encontró, después de dormir, el camino corto y sencillo para la solución del problema. Un número menor lo había resuelto, dentro de los que habían tomado una siesta, después de trabajar cuatro horas, y muchos menos resolvieron el problema dentro del grupo que no había dormido.

Matthew Wilson, en aras de investigar sobre el sueño y sus beneficios, puso pequeños electrodos en el cerebro de ratas, para que revelaran su actividad eléctrica durante el aprendizaje de una tarea muy concreta cuyo fin era conseguir alimento. Durante el sueño de las ratas se observó que los electrodos se activaban siguiendo los mismos patrones que los mostrados durante el aprendizaje, como si las ratas estuvieran recordando paso a paso lo que habían aprendido.

Existen anécdotas famosas sobre soluciones o creaciones después de dormir. El premio nobel Albert Szent Györgyi pensaba que sus trabajos se completaban al dormir; muchas veces se despertaba a media noche con la respuesta que había buscado durante el día. Paul McCartney asegura que una mañana se despertó cantando la melodía de Yesterday, y August Kekule descubrió en un sueño que la estructura atómica del benceno formaba un hexágono regular. En su sueño vio una serpiente que se mordía la cola, visión que lo condujo a la solución.

Empresarios inteligentes saben los beneficios de una corta siesta: mejora en gran medida el rendimiento creativo y competitivo de los empleados. Empresas como Google, Nike y Cissco tienen instalados espacios en sus oficinas para que los empleados las puedan tomar.

Freud no solo se equivocó con el asunto del complejo de Edipo sino también con el de la interpretación de los sueños. No tienen los significados que él creía. Sabemos que los sueños están conectados con los eventos de cada día. Dormimos para limpiar el cerebro de basura, dormimos para reparar distintos sistemas del cuerpo, y soñamos como consecuencia de una actividad aleatoria del cerebro con la información que recibe. Mientras dormimos, de una manera extraña, en silencio y a escondidas continuamos pensando y creamos.

No dormir suficientes horas es similar a estar borrachos. Es curioso que en los hospitales los médicos pongan en peligro nuestras vidas haciendo largos turnos, sin descansos para dormir. La práctica de la medicina no es muy científica y los médicos parecen tardar demasiado en incorporar nuevos conocimientos a sus métodos. ¡Un turno de 24 horas es un peligro para tu vida!

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