Las similitudes en la vida política de Álvaro Uribe Vélez[i] y Gustavo Petro Urrego[ii] son también sus mayores divergencias, por eso sus vidas son paralelas y hasta paradójicas. Sus parábolas vitales lo revelan. Petro pasa de la clandestinidad del M-19 a la cárcel por porte ilegal de armas, luego es indultado e inicia una carrera política legal y democrática fulgurante que lo lleva a la presidencia de la República. Mientras Uribe inicia muy joven una carrera administrativa y política exitosa que culmina con dos períodos presidenciales y termina vinculado a una investigación judicial que hoy lo margina legalmente de la política institucional, pues renunció a su curul de senador para evadir la investigación de la Corte Suprema de Justicia y afrontarla como un ciudadano corriente ante la jurisdicción penal ordinaria[iii]. Además, ambos tienen en común ser los líderes carismáticos más polémicos de la política nacional. Despiertan amores y odios viscerales entre sus seguidores por motivos diferentes. El primero, por ser el más radical defensor del statu quo y el segundo, su más crítico antagonista. De allí que ambos se consideren a sí mismos líderes providenciales, casi mesiánicos y estén convencidos que sin ellos Colombia no tiene salvación, motivo por el cual se creen imprescindibles y despiertan una lealtad absoluta, casi religiosa, entre sus seguidores. Para los uribistas fanáticos, Petro es un guerrillero que debe ser desalojado de la Presidencia por ser corrupto e inepto. Y para los petristas radicales, Álvaro Uribe es un “paraco” que debe estar en la cárcel.  Sin Álvaro Uribe Vélez, llamado el “presidente eterno” por algunos de sus más entusiastas seguidores y consentidos pupilos, como el expresidente Iván Duque, Colombia habría caído en manos de terroristas y hoy estaríamos en una hecatombe peor que Venezuela. Por su parte, los seguidores de Petro estiman que sin sus valerosas denuncias como senador de la República contra el narco-paramilitarismo y el carrusel de la contratación durante la alcaldía de Bogotá del fallecido Samuel Moreno, Colombia sería hoy un narcoestado o un Estado fallido parecido a Haití. Por semejantes valoraciones tan antagónicas y extremas de ambos líderes, exacerbadas por medios de comunicación sectarios y superficiales, periodistas aduladores y caricaturistas demoledores, es que la política nacional toma la forma de la Esfinge[iv]. Según la mitología, los egipcios la representaban con rostro humano y cuerpo de león, pero en la mitología griega aparece como “un monstruo con cuerpo de león, cabeza de mujer y alas de águila”, que “fue enviada por los dioses para castigar a la ciudad de Tebas, la cual estaba sufriendo una terrible plaga. Para detener la plaga, la Esfinge exigía a los habitantes de la ciudad que le resolvieran un enigma. Aquellos que no lograban resolver el enigma eran devorados por la monstruosa criatura”[v]. Pero más allá de las múltiples interpretaciones sobre su significado y origen, la etimología griega parece arrojar más luces, pues significa “apretar” debido a las dificultades que la Esfinge ponía a los viajeros de Tebas para descifrar sus enigmas, siendo Edipo el único que lo logra y después la mata, liberando así a los habitantes de Tebas del cautiverio. Con algo de imaginación, podríamos pensar que tanto Uribe como Petro pretenden descifrar el enigma de nuestra violencia crónica, que en efecto es más monstruosa y críptica que la propia Esfinge, y aspiran a resolverlo para siempre, como hizo Edipo al matar la Esfinge.

Uribe y Petro, protagonistas de la Esfinge Política Nacional

Para Uribe, la clave está en la seguridad y su metáfora avícola de los tres huevitos: “confianza inversionista, cohesión social y seguridad”, mientras que para Petro está en la Paz Total, como resultado de alcanzar la justicia social, la paz ecológica con la naturaleza y la paz política poniendo fin a la guerra. Sin embargo, sus ejecutorias al frente del poder presidencial en lugar de desatar y descifrar a la Esfinge han terminado por darle más alas y ferocidad al león y debilitado el rostro humano de la acción del Estado. De poco sirvió durante los 8 años de Uribe tener más confianza inversionista a costa de menor cohesión social, como resultado de sus políticas laborales que afectaron especialmente a los trabajadores mediante el recorte de sus horas extras, su remuneración en los días festivos y la pérdida de la mesada pensional de junio. Tampoco su seguridad, que no mató a la culebra de “las Far” y culminó en miles de ejecuciones extrajudiciales, eufemísticamente conocidos como “Falsos positivos”, consecuencia de su incapacidad para reconocer la existencia del conflicto armado interno y cumplir cabalmente el Derecho Internacional Humanitario. Desconocimiento que terminó propiciando y provocando lo que había advertido y proscrito en el punto 33 de su Manifiesto Democrático: “Cualquier acto de violencia por razones políticas o ideológica es terrorismo. También es terrorismo la defensa violenta del orden estatal”[vi].

Petro tampoco logra descifrar la Esfinge

Y, en cuanto a las ejecutorias del presidente Petro, los resultados hasta la fecha cada vez parecen estar más lejos de la PAZ TOTAL y de algunos de sus compromisos anunciados en el discurso de posesión presidencial, especialmente los puntos 1 y 6 de su Decálogo de Gobierno[vii] 1- Trabajaré para conseguir la paz verdadera y definitiva. Como nadie, como nunca. Vamos a cumplir el Acuerdo de Paz y a seguir las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad. El «Gobierno de la Vida» es el «Gobierno de la Paz». Y 6: Defenderé a los colombianos y colombianas de las violencias y trabajaré para que las familias se sientan seguras y tranquilas Las vidas salvadas serán nuestro principal indicador de éxito. La seguridad se mide en vidas, no en muertos. Cuando la seguridad se mide en muertos, llevan al Estado al crimen y este Estado no está para el crimen atroz. Este Estado está para ser una Estado social de derechos”. Ni hablar del incumplimiento del punto 7: Lucharé contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. Un Gobierno de «cero tolerancia». Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas. Ni familia, ni amigos, ni compañeros, ni colaboradores… nadie queda excluido del peso de la Ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella”. Por cierto, esta actitud de Petro no deja de contrastar con el paternalismo y la protección del entonces presidente Álvaro Uribe de sus hijos, Tomás y Jerónimo, por el escándalo de la Zona Franca de Mosquera, denunciado por el periodista Daniel Coronell[viii], aunque luego el Consejo de Estado considerará que todo fue legal. Mucho mayor es el contraste con la desfachatez del presidente Uribe en el congreso de la Federación Nacional de Cafeteros, cuando solicitó a los congresistas de su bancada de gobierno que “votaran sus reformas antes de ir a la cárcel[ix]. También es cierto que Petro ha promovido, en medio de una oposición feroz, puntos como el 2 de su Decálogo, con la aprobación de la nueva ley pensional: Cuidaré de nuestros abuelos y abuelas, de nuestros niños y niñas, de las personas con discapacidad, de las personas a las que la historia o la sociedad ha marginado. Haremos una «política de cuidados» para que NADIE se quede atrás. Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo. Teniendo en cuenta todo lo anterior, queda claro que ninguno de los dos ha sido coherente con sus proyectos políticos y menos ha estado a la altura de los desafíos y enigmas que nos plantea a todos los colombianos la Esfinge, en parte porque somos tan indescifrables como ella y tenemos alas para eludir nuestras responsabilidades, burlar las normas e incumplir el compromiso más vital: “La paz es un derecho y un deber de obligatoriamente cumplimiento”, pues parece que la mayoría continúa esperando a Edipo para que lo haga. Y eso solo ocurre en la mitología griega con consecuencias por lo general trágicas.


[i] https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lvaro_Uribe_V%C3%A9lez

[ii] https://es.wikipedia.org/wiki/Gustavo_Petro

[iii] https://razonpublica.com/caso-uribe-velez-donde-queda-juicio/

[iv] https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15368/la-gran-esfinge-de-guiza/

[v] https://www.mundomitologico.org/esfinge/

[vi] https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85269_archivo_pdf.pdf

[vii] https://www.cancilleria.gov.co/newsroom/news/palabras-presidente-republica-gustavo-petro-urrego-tomar-posesion-jefe-estado

[viii] https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3408439

[ix] https://www.youtube.com/watch?v=B0qW21fXioo

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