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Publicado el Vicente Pérez

Fernando Hinestrosa: un caballero radical

El 10 de marzo de 2012 fue un día aciago para la academia colombiana en general, y para los estudiosos del derecho en particular. Fernando Hinestrosa, quien para algunos es el contemporáneo más relevante en el estudio del derecho en Colombia; el académico que durante casi medio siglo dirigió la Universidad Externado, conduciéndola en los momento de orgullo y satisfacción, y en los de tristeza y penuria (como los funestos días del 5 y 6 de noviembre del 85, cuando en medio del holocausto del Palacio de Justicia, el Externado perdió casi una decena de personas entre catedráticos y exalumnos); el colombiano que hace dos años fue orgullo nacional al ser el primer latinoamericano en recibir el doctorado honoris causa de la universidad de La Sorbona; el magistrado, el ministro, el diplomático; pero por encima de lo anterior, el hombre cordial, sencillo, que además de rector y decano también era profesor de la facultad de derecho, el que se consideraba amigo de sus estudiantes, el defensor de los valores liberales y de la ética radical. Él, ya no está.

«Tendrán tropiezos, caerán», les dijo a los estudiantes de primer semestre en la última bienvenida que dio a la universidad, y en efecto, la universidad no se siente igual y la pérdida que no se circunscribe a un claustro académico es invaluable. «Pero lo importante es levantarse», concluyó él mismo.

La única vez que vi a Fernando Hinestrosa fue en esa bienvenida, y un detalle —por el cual escribo estas líneas— me marcó de sus palabras: dijo creer en la juventud. Y no se refería a creer por resignación o creer por creer: creer con convicción. Y eso, venido de un hombre octogenario con las credenciales que él tenía, realmente motiva no sólo a estudiar, sino a creer también en las jóvenes generaciones. A creer para hacer.

A él lo llamaron varias veces «el último caballero radical», resaltando su liberalismo férreo, liberalismo puro que propende por la democracia, la separación de los poderes, el respeto al otro, la ética radical, la independencia, en una sola palabra (necesaria aunque redundante): libertad.

Sin embargo, a él no le gustaba por completo ese título, pues no esperaba ser el «último», sino que aparte de él cada vez fueran más los radicales de la libertad, de la disciplina. Sí: Fernando Hinestrosa fue un caballero radical, seguramente el de mayor trascendencia.

Aparte de su destacada obra jurídica, y otros escritos como Reflexiones de un librepensador, el legado del doctor Hinestrosa trasciende las letras. Paradójicamente es un legado de fe, viniendo de un hombre de laicidad indiscutible. Él mismo lo describió en una entrevista para El Tiempo: su legado es «fe en la patria, fe en la juventud, fe en la libertad y fe en la democracia». Hasta en la fe era liberal este caballero radical.

El 10 de marzo de 2012 fue un día aciago, pero también el día en el que con excelsos méritos culminó la vida de nuestro personaje, abriéndole las puertas de la posteridad a través de su legado y su indeleble marca en generaciones de colombianos.

@VicentePerezG

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