Ayer mi atención estuvo concentrada en dos incidentes de tránsito, que sin ser fatales, me dejaron pensando sobre el papel que jugamos todos en la seguridad vial. ¿Estamos, ciudadanos y autoridades, realmente previniendo víctimas en las vías?
En el primer incidente un conductor impactó a un ciclista al omitir una señal de PARE; en el segundo, mi hermana resultó lesionada porque el bicitaxi en el que iba fue golpeado por un taxi.
Ciclista fue arrollado por conductor que no respetó señal de pare
Por no respetar un pare, hombre arrolló a una ciclista. Autoridades buscan al conductor quién se fugó del lugar. @Citytv pic.twitter.com/tFDEkTiiJv
— Alejandro Silva (@AlejoAlerta) 10 de mayo de 2017
Este caso movió por un momento las redes sociales, unos y otros culparon al ciclista o al conductor por la colisión y como siempre entró el tema del uso del casco, aún así ¿el casco hubiera evitado el atropello?
Me arriesgo a afirmar que si el conductor hubiera respetado la señal, que le da la prioridad al ciclista -quien igual la tiene por ser más vulnerable- y si el ciclista hubiese tenido las manos sobre el manubrio, dispuesto a frenar, hoy no tendría historia que contar.
En el segundo caso un taxi, haciendo una U en una calle de doble vía golpea al bicitaxi en el que va mi hermana y el impacto la saca del vehículo no motorizado. Después de angustiosas horas el hecho no pasó más allá de las contusiones, pero viene nuevamente la pregunta:
¿Estamos, ciudadanos y autoridades, realmente previniendo víctimas en las vías?
Seguimos exponiendo nuestras vidas ante actitudes irresponsables, falta de autocontrol y la parsimonia de las autoridades para regular y homologar los vehículos que usamos para movernos: tanto los incómodos mini taxis como en los inseguros bicitaxis.
Cuántas víctimas necesitan las estadísticas para que realmente haya un cambio de mentalidad en términos de seguridad vial en Colombia.