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Publicado el Bajolamanga

Medios y posconflicto

Terminar con la guerra curtida de sangre que tortura nuestro país es uno de los anhelos que la gran mayoría de los colombianos hoy deseamos, pero vale preguntarse ¿Qué estamos aportando desde nuestro entorno para lograrlo, y sobre todo para superar este episodio de odio y sangre? para mí, sin lugar a dudas los medios de comunicación juegan un papel muy importante. No para pautar spot donde preguntan si quieren que sus hijos los lleven a la guerra, ni para decir que Colombia será un nuevo país con educación, equidad y paz. Esos discursos ya están “trillados”, hoy necesitamos nuevas narrativas para el posconflicto. A los medios nacionales y sus narconovelas poco les interesará este tema, pues no factura lo suficiente. Los medios regionales y locales están llamados a hacerlo, su responsabilidad es más directa y educativa frente a sus territorios, pero no se puede desconocer que en este caso se necesita una disposición directa de los mandatarios, son ellos los llamados a ir en contra-cultura de la corrupción, los intereses particulares y la simple utilización de estos medios para rendir cuentas y proclamar sus discursos. Necesitamos compromisos sinceros con espacios para el debate, la confrontación argumentada y la oportunidad de escuchar víctimas y victimarios, los hoy electos alcaldes y gobernadores tendrán que asumir ese reto si de verdad queremos lograr un posconflicto.

Por otro lado tenemos los medios comunitarios y alternativos, medios hechos por los y las ciudadanas que habitan cada uno de sus territorios, para ser escuchados, visibilizados y reconocidos. Medios que han sido fundamentales en sus comunidades para los posconflictos barriales, sin mesas de negociación y sin dineros para despilfarrar. Hablarle a las comunidades al oído, recordarles sus problemas y plantearles soluciones que permitan desarrollar sus entornos es un papel que se ha venido gestando especialmente en Medellín con unos resultados que quizás nunca pensamos que serían posibles, ellos, los medios comunitarios y la comunicación popular son la forma más efectiva de construir un verdadero posconflicto, desde las amas de casa hasta los grandes empresarios tienen cabida para opinar y construir.

Los gobernantes dicen que los medios de comunicación comunitarios y la comunicación popular son muy importantes y fundamentales para la construcción de comunidades mientras los escucha un auditorio, pero estaría casi seguro que si les preguntan cómo se financian estos medios la respuesta sería un silencio, sí, un silencio cómplice, un silencio que describe lo que hasta hoy han sido estas formas de comunicación en la agenda política. Hace algunos años Colombia estaba avanzando, pero hoy da nuevamente unos pasos hacia atrás gigantescos. Decir que están acabando la televisión comunitaria no sería nada aventurado, es la realidad ó decir que las radios comunitarias cada vez están más cohibidas, tampoco lo sería, es la realidad. Es decir, algo peligroso está pasando. Los ciudadanos están perdiendo su voz y su identidad. Esto es triste para un país que quiere un posconflicto basado en negociaciones, plebiscito y spot en grandes medios. Las comunidades necesitan voz, no para hacer oposición a una negociación con las Farc, sino para ayudar a construir la paz en sus territorios.

P.D: Medellín está construyendo una Política Pública de medios alternativos, independiente, comunitarios y ciudadanos que desde mi orilla creo que va demasiado rápido solo por entregarla antes del 31 de diciembre, hay que resaltar toda la disposición del actual secretario de comunicaciones de la Alcaldía pero se volvió como todos los proyectos de la alcaldía: Foto para la evidencia del operador

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