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“La estadística no siempre tiene la razón” Carolina Jaramillo

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“A Alejo, mi faro.” Esta es la frase que uno se encuentra cuando abre el álbum titulado ‘El amor es lo que salva’ compuesto por muchas personas que sintieron una conexión vital con la historia de Carolina, o Caro, como la conocen todos, y su esposo Alejandro, que cambiaría para siempre en 2012.

“Decidimos apostarle a la Vida. Decidimos fluir en lugar de luchar. Decidimos Aprender. Con la convicción profunda de que el Amor es lo que salva y que no hay una acción más poderosa que Dar, quise darle mi voz a Alejo e invitar a un grupo de grandes músicos a hacer canciones inspiradas en nuestra historia y en los aprendizajes de este proceso, y con ellos hacer un homenaje a todos aquellos guerreros que como él están transitando este arduo pero hermoso camino de descubrir la vida a través del cáncer”

Sí, y es que Alejo, quien padece cáncer desde entonces, se convirtió en el motor de inspiración de este álbum que consta de 10 canciones interpretadas todas por Caro que, aunque bajita y flaca, saca un vozarrón que cautiva y enamora.

Hoy, todas las actividades que giran en torno a ‘El amor es lo que salva’ financian ‘Música para vivir’, un programa de musicoterapia enfocado a niños con cáncer hospitalizados en el San Vicente de Paul que se propone vencer la estadística con la fuerza de un instrumento musical.

Daniel Yepes conversó con ella para Bajo La Manga con el objetivo que nos contara más de esta historia de amor por la vida y nos dijera cómo podemos sumarnos al proyecto.

Daniel Yepes: 2012, ¿cómo les cambia la vida a Alejandro y a vos? ¿Qué hace que ustedes empiecen a plantearse la vida de otra forma?

Carolina Jaramillo: 2012. Cáncer. Esa es la etiqueta que define una ruptura. Alejo mi esposo se enferma y le diagnostican esta enfermedad, y cuando a vos te dicen “Cáncer” se te viene a la cabeza el sinónimo de muerte, algo que todos sabemos que puede pasar pero no somos conscientes.

Nos demoramos mucho en asimilarlo. Primero vino la tristeza, el no entendimiento, la negación, el “esto no me puede estar pasando a mí” y después pasar del por qué al para qué me está pasando esto; en esta parte hay mucho por escrutar pero muy pocas respuestas. Luego de haber digerido lo que nos estaba pasando, lo que aparece es un alto en el camino donde dijimos que, si en realidad esto era una sentencia de muerte, todavía teníamos tiempo y la pregunta que surge es qué vamos a hacer con ese tiempo.

DY: ¿y qué hicieron?

CJ: los dos veníamos de una ola de vida muy bacana, construyendo muchas cosas juntos a nivel profesional, con muchas aventuras, viajes y experiencias vividas, cosas donde vos ponés el alma pero te vas dejando llevar por el día a día, por el ego, por la búsqueda del éxito, y lográs un montón de vainas que te terminan desconectando de lo que vos sos sin darte cuenta. Ese anuncio de la sentencia lo que nos permitió ver es que donde hay muerte hay vida y que teníamos que volver a nuestra esencia.

DY: ¿y el tiempo?, porque lo primero que uno piensa con la palabra cáncer es cuánto tiempo queda. Es volver a la esencia de la que hablas en una carrera contrarreloj…

CJ: cuando le descubren el cáncer a Alejo nos hablan de una posibilidad de vida de solo 6 meses, incluso menos, y eso fue algo que nos asustó mucho pero decidimos no pararle bolas. La estadística no siempre tiene la razón, el universo es matemática y misterio y no hay fuerza más intensa que el amor dice una de las canciones del álbum. Esto tiene que ver precisamente con esa sentencia que te dan los médicos cuando uno se sienta varias veces con ellos y de entrada te dicen vos cuanto vas a durar porque hay un grupo de personas que ha durado eso, pero, donde en teoría no hay esperanza ni nada que hacer, hay una parte que sobrevive, se salva, entendiendo que salvarse no es necesariamente vivir.

DY: hay dos canciones hermosas, no de tu álbum, del cual hablaremos en detalle más adelante, que se llaman ‘Honrar la vida’ de Eladia Blázquez y ‘Sólo se trata de vivir’ de Lito Nebbia que tienen un mensaje claro: el hecho de durar no es honrar la vida, ésta se trata, sobre todo, de darle calidad a cada momento vivido. Yo encontré ese mensaje también en tus canciones…

CJ: claro, es una búsqueda profunda para darle sentido, sobre todo a esto que nos está pasando, algo que no es otra cosa que la vida, solo que te está poniendo en una situación en la que te dice: ¡Oiga, despierte!

DY: y ustedes están honrando la vida a través de la música…

CJ: sí, la música ha estado conmigo desde muy chiquita, toda la vida. En un tiempo la abandoné, medio peleé con ella porque me monté en un tren de trabajo donde empecé a hacer un montón de cosas en términos profesionales que me hicieron alejarme de ella.

Cuando descubren el cáncer de Alejo yo siento que, además de eso, yo me estoy muriendo lentamente también. Con decirte que en uno de los exámenes que nos entregan yo entro en un shock nervioso y las cuerdas vocales se me revientan. Cuando me pasa eso, creo que lo estoy perdiendo todo; estoy perdiendo a mi esposo y estoy perdiendo mi voz.

Voy donde un médico que me dice que va a empezar un tratamiento conmigo pero no me garantiza que pueda volver a cantar. Y otra vez la estadística…

Salgo del consultorio y pienso: pero…si la mejor terapia es el canto; y empiezo a estudiar canto y a sanar mi voz a través de éste y el canto me salva. Me doy cuenta en ese momento que la música tiene un poder sanador muy grande y decido hacerle un regalo a Alejo. Ese regalo es mi voz.

DY: y tu amor por él, porque nace ‘El amor es lo que salva’…

CJ: Alejo y yo siempre hemos sido dos personas muy orientadas a dar. Siempre nos inculcaron la generosidad y el compartir, ese fue el pilar fundamental de nuestra educación. Yo creo que el sentido de nuestra existencia es entender que no estamos solos y que hay muchas personas que están pasando por la misma situación. Por eso pensé que ese regalo para Alejo tenía que estar relacionado con el sentido que tiene la vida para nosotros: ayudar a los demás.

Cuando íbamos a la quimioterapia nos encontrábamos con muchos niños que estaban pasando por la misma situación de Alejo, y pensamos que el regalo que yo le estaba haciendo a él debía trascender y dárselo también a ellos, que están atravesando el mismo camino que nosotros estamos recorriendo.

Ahí nace la idea de hacer un álbum que es como un canje: yo le doy mi voz y mi historia y usted me da una canción. Esas canciones fueron escritas por muchos amigos que se basaron, en parte, en textos que yo había escrito para que se inspiraran. De ahí sale el álbum para Alejo.

DY: pero con este álbum no solo están salvando la vida de Alejo…

CJ: claro. Desde el principio pensábamos en un proyecto social ligado al disco. Yo dije: yo quiero que con esto hagamos una donación y lo enfoquemos a niños con cáncer, que fue algo que se fue desarrollando con la ayuda de muchas personas.

Desde el principio se le dijo a todas las personas que participaron de la elaboración del disco que este proyecto no iba a ser para nosotros, que esto era puro ‘salario emocional’, porque a la larga lo que ‘nos paga’ es ver la cara de los niños sentados en un sala de música con un instrumento que apenas están conociendo y aprendiendo a tocar. Eso vale todo.

DY: hay un libro de Ernesto Sabato que se llama ‘La Resistencia’ que tiene una frase que representa toda esta iniciativa: “cuando uno se anima a llegar al dolor del otro, la vida se convierte en un absoluto”

CJ: ese libro es hermoso. Y la frase es cierta. En parte lo que tratamos de hacer con el álbum y los eventos fue contar una historia que podría generar algún tipo de conexión con las personas que no están pasando por esto.

DY: y también contar la historia de otras que, de alguna forma, superaron una situación similar…

CJ: claro. Te cuento la historia de alguien que se vio beneficiado de esta iniciativa. Laura es una niña que hoy tiene 14 años y le diagnosticaron cáncer cuando tenía 5; loca por la música desde muy pequeña. Ella pasó 5 años hospitalizada, todo el tiempo en quimioterapia, en tratamientos, de caída en caída. Le habían dado muy poquitas probabilidades de vida.

Cuando Laura entra al hospital pide que le regalen un violín, que se convirtió en su mejor compañero durante todos esos años. Ella estuvo con nosotros y es un ejemplo de vida increíble. Hace un año se curó de la enfermedad y hoy toca su violín en una orquesta. Ella es el mejor ejemplo que con música se puede derrotar la estadística.

DY: Caro, ¿cómo puede la gente ayudar para que el proyecto se siga fortaleciendo?

CJ: necesitamos inspirar una ola de reconexión con la vida. Con todo lo que salió del proyecto nosotros creamos un programa de músicoterapia para los niños con cáncer que están hospitalizados permanentemente en el Hospital San Vicente. La idea es que esté vivo en el tiempo, por eso debemos hacer muchos conciertos y vender muchos discos, porque de ahí es de donde salen todos los recursos que se generan para su sostenimiento. Todo lo que se genera de cada evento se va para el proyecto. Al año se están beneficiando alrededor de 300 niños. Más de los que uno se imagina. Y esto es sólo un hospital.

Es muy importante que las personas se sumen para que este proyecto tenga más alcance y se beneficien más niños, tenemos que llegar a otros hospitales y a otras ciudades. Vamos a atravesar más vidas con música.

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Si quiere apoyar el proyecto, en estos enlaces encontrará más información:

Para donar directamente al Programa

http://www.dona.co

Para seguir todo lo que va pasando con Caro y el proyecto, conciertos, seguimiento al programa y demás

Para pedir discos y contactar a Caro

[email protected]

Para descargar el disco de Itunes

https://itunes.apple.com/…/el-amor-es-lo-que-s…/id962675082…

Para escuchar online:

Spotyfi

Aquí suena Medellín

http://aquisuenamedellin.com/musicos/caro

Youtube

https://www.youtube.com/channel/UCS71VQ8DHmz0tNcqHcpUjv

 

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