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Fiebre mundialista

Por: MANUELA RESTREPO SYLVA (@manurs13)

Estamos en época de Mundial y pareciera que muchas cosas cambian por estos días en nuestro país. Las primeras planas de los periódicos están infestadas de resultados y análisis de este, en los noticieros sólo escuchamos hablar del partido del día y las pollas y los pronósticos saltan a nuestros ojos en todos los medios de comunicación y redes sociales, haciendo que finalmente toda nuestra atención este centrada en Brasil.

Y esto que para la mayoría de los lectores es tan normal y que se vive por estos días con tanta pasión y entusiasmo, me parece a mí un fenómeno bastante particular de nuestra idiosincrasia. Los que me conocen bien, saben de mis opiniones y percepciones a cerca del fútbol profesional, pero aclaro que no es ni la falta de gusto y pasión visceral por este deporte, ni las serias dudas que tengo sobre la legitimidad en el pueblo brasilero del certamen que allí se realiza, lo que me lleva a hacer esta reflexión.

Se nos olvidó por estos días todas nuestras pequeñas y grandes tragedias. Votamos, elegimos un Presidente, tenemos un Congreso nuevo y los olvidamos. Olvidamos también la crisis social y política en Venezuela; el cierre del periodo legislativo pasó casi inadvertido, así como Uribe, Zuluaga y todas y cualquier noticia política o judicial. Lo que suceda  en las próximas semanas, quedará en un pequeño rincón de los periódicos y no llegará jamás al conocimiento del ciudadano.

Esta situación es la consecuencia directa de nuestra pasión desmedida, característica sin duda del pueblo colombiano, pero es bastante preocupante desde dos aspectos.

En primer lugar, el momento político por el que atraviesa Colombia es fundamental para la consolidación del proceso de paz y para las decisiones que se tomarán en los próximos 4 años,las cuales serán la clave para que nuestro país siga protagonizando la lista de países del mundo que sostienen conflictos armados internos, o para que nos convirtamos definitivamente en un país emergente, de oportunidades y protagonista en el mercado latinoamericano. La llegada de un nuevo congreso y la construcción de esa nueva agenda legislativa así como el balance del saliente, tendrían que ser un tema de discusión presente tanto en los medios de comunicación como en los círculos sociales; la conformación del nuevo gabinete, de las nuevas alianzas para el gobierno entrante (que sin duda, aunque sea el mismo Presidente no es el mismo que termina período) y de la agenda de gobierno, es un tema de suma importancia para nuestro futuro como sociedad y país y se está quedando en el tintero, olvidado y excluido del debate actual: el Mundial de Futbol.

Y en segundo lugar, las cifras recientes de muertos, riñas y heridos en las celebraciones alrededor del fútbol, son aún más preocupantes y nos refleja nuestra incapacidad para vivir esta pasión con mesura, responsabilidad y conciencia de que no es más que un partido de fútbol, importante pero no suficiente como para que sirva de excusa al sin número de actos vandálicos que en su nombre se realizan.  Dos muertos, 4.667 riñas y 84 lesionados[1], son un preocupante resultado para la celebración de un partido de nuestra selección, y si así vamos apenas comenzando el mundial, no quisiera imaginar el caos social que causaría un paso de la Selección Colombia a una final.

No quiero terminar diciendo que la solución es que perdamos todos los partidos de aquí en adelante, ni que se excluyan las noticia del Mundial de todos los medios de comunicación, pero sí que de manera racional tomemos conciencia de lo que este evento significa para Colombia, sin magnificarlo y sin satanizarlo, que nos maravillemos con los resultados, pero que comprendamos que la realidad sigue, con sus problemas, con sus conflictos armados y con sus procesos de paz. Quisiera además que como colombianos aprendiéramos el significado de la palabra prudencia, necesaria también para celebrar; que nos comportáramos al nivel de nuestros logros y que los medios de comunicación en la importante labor social que realizan, no olviden que alrededor del mundo siguen pasando cosas importantes, mucho más importantes inclusive de las que hoy pasan en Brasil.

Yo prefiero una Selección Colombia perdedora que un muerto más a causa de sus triunfos. La solución de todas maneras, no puede ser esta.

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[1] Cifras presentadas por la Policía Nacional como balance de la celebración del 2-1 de Colombia contra Costa de Marfil

 

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