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Cátedra Púrpura: El Futuro de la Fuerza Pública Colombiana

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El sábado 23 de mayo tuve el honor de participar como panelista en una charla sobre el futuro de la Fuerza Pública en Colombia, el evento fue organizado por los Oficiales de Reserva en lo que han denominado la Cátedra Púrpura que pretende mantener vivo el debate sobre el papel de las fuerzas armadas en la realidad política colombiana desde una aproximación académica no-política.

Hablamos sobre (1) las amenazas para la seguridad y defensa nacional en la próxima década, (2) la participación de las Fuerzas Militares en programas de desarrollo nacional (construcción de vías, industria aeronáutica, salud en las zonas más apartadas) y gestión de riesgo, (3) si los militares deberían votar y (4) si se debería mantener, reducir o aumentar la Fuerzas Militares en la próxima década.

Para abordar estos temas de importancia estratégica y que requieren de un análisis prospectivo, siempre trato de llevar a la audiencia a un punto común de partida donde se sintetiza el problema y se definen los criterios de análisis. Este es el primer paso en el ciclo de inteligencia para asegurar que tanto la audiencia como el expositor parten de la misma base.

En este caso empecé por un resumen de la situación estratégica del país: Colombia es un país de más de 1 millón de kilómetros cuadrados con grandes retos geográficos, como clima y relieve, para la consolidación de identidad nacional que la convierten en un territorio con subregiones naturales muy marcadas y consecuentes problemas de gobernabilidad. La proyección de poder desde los centros urbanos, sobre todo desde la capital hacia la periferia, es problemática.

Estos vacíos de poder sumados a la inequidad, crean las condiciones perfectas para que emerjan grupos subversivos que fundan instituciones paralelas a las del gobierno central y disputan su control efectivo sobre el territorio.

Las Farc, Eln, Autodefensas y Bacrim, entre otros, son el resultado de un problema estructural geográfico; los grupos insurgentes colombianos son producto del impacto de la geografía sobre las dinámicas políticas.

Solo si se entiende este paradigma, se puede diseñar una estrategia coherente para lograr el primer objetivo de todo país, consolidar control sobre su territorio.

Uno de los puntos más importantes en la agenda del país para los próximos años es el posible acuerdo de desmovilización de las Farc que en caso de lograrse cambiaría la dinámica de la guerra en Colombia y demandaría un cambio en la táctica implementada por la Fuerza Pública. Se espera que ocurra un fenómeno de criminalización dentro del grupo guerrillero, donde algunos mandos medios y bajos formen sus propias bandas criminales dedicadas al narcotráfico y negocios asociados.

Este nuevo escenario del conflicto armado colombiano, si bien distinto al actual, seguiría sin resolver las razones de fondo que dan origen a grupos subversivos y, por lo tanto, el papel de la Fuerza Pública seguirá siendo el de consolidación territorial y cohesión social.

Con base en este pronóstico, la presidencia debe continuar el fortalecimiento de la institución castrense y aprovechar que es la única institución del gobierno con presencia en casi la totalidad del territorio para construir institucionalidad en lugares donde históricamente no ha existido y que han sido capitalizado por grupos al margen de la ley.

Dentro de la fuerza pública hay pensamientos contrarios sobre si debe o no participar en proyectos de desarrollo nacional, hay voces que dicen que ésta no es una responsabilidad de las Fuerzas Armadas, sin embargo, Colombia es un país con restricciones presupuestales que le obligan optimizar al máximo sus recursos y optar por la decisión menos mala; por esta razón se ve obligada a aprovechar la infraestructura y cubrimiento de la fuerza pública para desarrollar proyectos que, de lo contrario, costarían mucho más si se hicieran a través de instituciones especializadas. No está en discusión que lo mejor sería tener entes expertos encargados de estos proyectos de desarrollo nacional pero las condiciones económicas actuales todavía están lejos de lograr.

Para finalizar, quiero agradecer al grupo de Oficiales de la Reserva que me permitieron participar en este espacio de discusión intelectual y espero que estos foros se multipliquen.

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