300 GOTAS

Publicado el Bastián Baena

El prostíbulo infantil que paga con agua

Haitianas menores de diez años se prostituyen a cambio de agua en los campos que concentran a miles de refugiados. Estas niñas ofrecen su cuerpo para poder adquirir el agua que proveerán a unos hijos que bien podrían ser sus hermanos.

Se trata de las huérfanas del terremoto que el 12 de enero de 2010 acabó con la vida de 200.000 personas. Las mujeres no encuentran un espacio donde ponerse a salvo. Más del 90% de las violaciones son perpetradas contra menores de edad. Aumenta la tasa de drogadicción, el desempleo, crecen las golpizas y violaciones, se acrecienta la natalidad.

Casi un millón de desplazados sin techo se acostumbran a sobrevivir hacinados en tiendas improvisadas, desprovistos de servicios, atención médica y seguridad. El cólera prolifera en el agua insalubre que ocasiona la muerte cotidiana de decenas de niños.

Es el caso de Champ Mars, un campo habitado por veinte mil refugiados, en pleno corazón de Puerto Príncipe. Un sobreviviente expresa su preocupación de tener una hermana de nueve años prostituida y una hija de seis años que empieza a ser acosada. “Ninguna es virgen”-luego concluye-: “las violaciones suceden cada segundo”.

A una cuadra de Champ Mars, cercado por rejas y barrotes, el derruido Palacio Nacional ondea la bandera azul y roja que proclamaron los rebeldes haitianos cuando expulsaron a los franceses de sus tierras y al blanco de sus colores patrios. Hoy los haitianos le llaman la Casa del Diablo.

Una niña reclama: “Nadie nos ayuda”. Las ayudas internacionales fueron distribuidas durante las primeras seis semanas; luego se estancaron en medio de una corrupción policial y política que escala a todos los niveles. A escasos metros de la Casa del Diablo, un hombre manifiesta una única petición que podría salvar a los primeros en liberarse de la esclavitud: “Solidaridad”, pide.

Children brothel pays with water

Haitian prostitutes under ten years old offer sex in exchange for water in the camps that concentrate thousands of refugees. These girls sell their bodies to acquire water for their babies, who could actually be their siblings.

We are talking about the orphans of the earthquake that killed 200,000 people on January 12, 2010. Women do not find a place to be safe. Over 90% of rapes are perpetrated against minors. Addiction and unemployment rates go up, and so do beatings, rapes and the birth rate.

Almost one million of displaced homeless people have to survive in overcrowded makeshift tents without basic services, health care or safety. Cholera proliferates in unsanitary water, causing the death of dozens of children each day.

This is the case of Champ Mars, a camp that is inhabited by twenty thousand refugees, in the heart of Port-au-Prince. A survivor shares his concern for having a nine-year-old prostituted sister and a six-year-old daughter who is beginning to be harassed. «No girl is virgin here». And then he concludes: «rapes occur every second.»

One block away from Champ Mars, surrounded by bars, the ruined National Palace waves the blue and red Haitian flag that the rebels proclaimed when they expelled the French from their land and stripped the national symbol from its white color. Nowadays, Haitians call it the Devil’s House.

A girl claims: «No one helps us.» International aid was distributed during the first six weeks; then it was stagnated amid police and political corruption, which operates at all levels. A few meters from the Devil’s House, a man expresses a single request that could save the first people to break free from slavery: «Solidarity», he claims.

Fuente: Periódico El Universal (Mex) / Proceso (Mex)

Ilustración: Sergio Botero

Ilustración: Sergio Botero

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