300 GOTAS

Publicado el Bastián Baena

El niño de seis años que salvó al mundo

A los seis años este niño canadiense escuchó decir a su maestra que construir un pozo para proveer de agua potable a toda una comunidad, tenía un costo de 70 U$. Y le oyó decir que en países muy lejanos había niños de su edad que tenían que caminar más de cinco kilómetros para beber el agua contaminada de un estanque. Ryan contó menos de diez pasos entre su pupitre y el grifo del baño, y desde ese momento no paró de inculpar a los adultos porque en África más de mil niños estaban muriéndose cada día por temas relacionados con la falta de agua potable, y ellos no se movilizaban para evitarlo.

Pidió a sus padres un préstamo de 70 U$ y estos le propusieron cortar el césped a cambio de dinero. Ryan trabajó cada domingo durante cuatro meses hasta que recaudó el monto con el que financiaría su primer pozo, pero una vez inició los trámites se enteró de que necesitaría otros 1.930 U$ para emprender su proyecto.

No se desanimó. Convocó a las personas de su pueblo a que escucharan su causa en reuniones que celebraba en la escuela, y pronto los medios locales difundieron la noticia. Su idea se transformó en una fundación, y unos meses después Ryan lograría visitar en Uganda la escuela donde se construiría el primero de sus 500 pozos.

Un niño de seis años puso en acción una idea que ha mejorado la calidad de vida de cientos de miles de personas en 16 países. Fue una iniciativa infantil la que logró aunar la fuerza de muchos en servicio del desfavorecido. Ryan demostró una vez más que, al comienzo, toda idea parece infantil cuando de salvar vidas se trata; demostró así que son las ideas infantiles las que pueden salvar al mundo.

The six year old boy who saved the world

When Ryan was six years old, this Canadian boy listened to his teacher say that building a well to provide clean water for a community had a cost of about US $ 70. His teacher also said that in faraway countries there were children who had to walk miles for drinking water from a contaminated pond. Ryan counted ten steps between his desk and the school bathroom, and from that moment on he couldn’t stop blaming adults because in Africa over a thousand children were dying every day for reasons related to the lack of potable water, and they did nothing to help resolve the crisis.

Ryan asked his parents for a loan and they proposed to pay him for mowing the lawn. The intrepid boy worked every Sunday during four months. But after getting the money, he would learn that building a well would cost more than US $ 2,000.

He did not give up. Ryan gathered several people at his school, and told them everything about his cause. Soon the local newspapers spread the story. His idea became a foundation, and a few months later Ryan went to Uganda and visited the school where the first well was located. That was the first among 500 wells that he would get to build.

A six-year-old revolutionized an idea that improved the quality of life of thousands of people in 16 countries. It was a childhood initiative that convened the strength of many wanting to serve disadvantaged people. Ryan proved once again that, at the beginning, every idea seems childish when it is intended to save lives; he showed that childish ideas are the only able to change the world.

Fuente: ryanswell.ca / lainformacion.com

 

Fotografía: boyactor.org.uk
Fotografía: boyactor.org.uk

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