Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

Oposición uribista

Por: Andrés Preciado (@andrespreciado3)

Esta semana estuvo particularmente movida en materia política, en especial en lo que tiene que ver con el avance del proceso de negociación en La Habana entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc.

Dos hechos llamaron la atención mediática al respecto del proceso: la instalación de la comisión histórica sobre las causas del conflicto conformada por 12 expertos nacionales y dos relatores de alto nivel que harán un zoom académico a la historia del conflicto armado interno, algo que, sin duda, será un aporte valioso para la discusión que se adelanta en Cuba y para la que en su momento se dará en Colombia. Este hecho fue famoso por su lanzamiento y por la insólita oposición del procurador, a quien se le están acabando las excusas para aparecer en medios.

El segundo hecho es la comisión de las fuerzas armadas que viajó a Cuba con el fin de avanzar en temas de desmovilización y desarme de las tropas de las Farc, suceso que contó con la oposición férrea del uribismo, como era de esperarse. Precisamente quisiera esbozar algunas consideraciones en torno a la oposición uribista al proceso con las Farc, particularmente al tema militar, pero en general a toda la negociación.

Lo primero es que se nota algo de incoherencia en el discurso uribista en la medida en que desde el comienzo se criticó que el gobierno desconocía el sentir de la tropa cuando se aventuraba a negociar con el enemigo. Ahora que la tropa está participando en temas centrales, no de la discusión, sino de la implementación de un eventual desarme, lo malo y perverso desde el uribismo es que la tropa esté involucrada. No se entiende realmente cual es la postura.

Menos si el argumento para oponerse a la visita de militares activos es que supuestamente se trata de un hecho inconstitucional en tanto las fuerzas armadas en el país no son deliberantes, al menos no lo son cuando al uribismo no le conviene. Esto en la medida en que se sienten muy cómodos cuando los militares deliberan sobre su inconformidad con el gobierno, pero no tanto cuando lo hacen en proceso de desarme. Sigo sin entender, más porque me viene a la mente el recuerdo de un articulito que se cambió de la constitución para permitir cierta reelección y se me hace impresentable que ese mismo equipo político, desmemoriado, reclame con posterioridad el respeto irrestricto a una carta magna que se pasaron por la faja mil veces.

Claro que puedo ser yo el equivocado y el uribismo no es incoherente, al contrario, es muy coherente con un postura de oposición que se podría caracterizar por se una oposición “porque sí” o como dirían en la costa “porque ajá”, falta de argumentos de fondo, lo que es una tristeza porque en el país el unanimismo nos puede llevar a cometer errores garrafales y se requiere de una oposición que aterrice las discusiones en pros y contras, pero con argumentos claros y propuestas concretas, no una oposición porque toca oponerse a todo lo que Santos o el gobierno digan.

Yo espero que en adelante el uribismo replantee su forma de oponerse y se preocupe más por obstruir los procesos gubernamentales desde sus falencias, que son enormes y muy preocupantes, proponiendo alternativas claras y concretas, no a través de comunicados inocuos, llenos de veneno, que no plantean una alternativa mejor a las malas ejecutorias santistas.

 

Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)

Comentarios