Por: Obispo Timoteo De Assos
La enorme diversidad biológica que alberga la Amazonia hace de este gigantesco ecosistema una de las selvas tropicales más importantes del mundo. De hecho, la región amazónica contiene el 40 % de la selva tropical que aún existe en el mundo. El Banco Mundial estima que esta región es el hogar del 25 % de toda la diversidad biológica terrestre. También estima que allí habita una cantidad de especies de peces que supera a la cualquier otro sistema fluvial. Resulta casi imposible determinar las dimensiones cuantitativas y cualitativas de esa diversidad.
Esta riqueza biológica se encuentra seriamente amenazada por la constante y sostenida deforestación de la selva amazónica. Las consecuencias de este proceso sobre la biodiversidad son realmente catastróficas. Si bien es cierto, aunque la deforestación en esa región disminuyó durante 2023 un 38%, según informó la ministra de Ambiente a comienzos de julio, más de la mitad de la deforestación ocurrida en todo el país tuvo lugar en cinco departamentos, tres de ellos amazónicos (Caquetá, Guaviare y Putumayo).
La deforestación genera la desaparición de hábitats naturales. Los bosques forman un ecosistema complejo e interconectado en el cual plantas, animales y microrganismos establecen relaciones de dependencia mutua que resultan indispensables para la supervivencia de todos y cada uno de ellos. Pensemos, en un ejemplo sencillo, que los árboles proveen abrigo y alimento a muchos animales y que estos, a su vez, ayudan a dispersar las semillas de estos árboles. Así, la deforestación destruye el hogar de numerosas formas de vida y puede acelerar su extinción.
La deforestación no solamente acaba con grandes extensiones de bosque. Además, las zonas no deforestadas terminan fragmentadas lo que las expone a otras amenazas. La fragmentación es un proceso en el cual se desintegra la continuidad de la selva amazónica. Así, extensas áreas de bosque terminan divididos en múltiples segmentos pequeños y separados unos de otros. La fragmentación del ecosistema crea barreras para la reproducción de especies animales y vegetales y las hace más vulnerables a enfermedades y al calentamiento global lo que aumenta el riesgo de extinción.
Cifras del Instituto Humboldt permiten observar los impactos de la deforestación y la fragmentación sobre la biodiversidad en aquellos departamentos más afectados por ese fenómeno, esto es, los departamentos amazónicos. En el departamento de Guaviare se encuentran en peligro crítico tres especies; siete en peligro y 21 en condición vulnerable. En el departamento de Caquetá se estima que 18 especies se encuentran en peligro crítico, 35 en peligro y 54 en condiciones vulnerables. A su vez, se estima que en el departamento de Putumayo enfrentan un peligro crítico de extinción15 especies, 44 en encuentran en peligro y 72 en condiciones vulnerables.
Las especies en peligro crítico de extinción son aquellas que enfrentan un riesgo extremadamente alto de desaparecer en estado silvestre a corto o mediano plazo. Su situación es altamente preocupante y requiere medidas de conservación urgentes para evitar su extinción.
Las especies en peligro se encuentra en alto riesgo de desaparecer en estado silvestre en el futuro cercano. Su población ha disminuido significativamente o está fragmentada y enfrenta amenazas graves que podrían llevar a su extinción completa.
Las especies en condición vulnerable son aquellas que presenta un alto riesgo de pasar a la categoría de especie en peligro de extinción en un futuro inmediato si las amenazas que enfrenta no se corrigen de manera efectiva.
Colombia acogerá la decimosexta conferencia de los Estados Parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica COP 16, que tendrá lugar entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre del presente año. Uno de los objetivos de esta conferencia es evaluar el estado de realización de los planes nacionales de biodiversidad que deben implementar para alcanzar los objetivos y metas adoptadas en ese convenio.
La COP 16 ofrece una oportunidad única para que el Estado colombiano examine con todo rigor y seriedad la relación entre la protección de los bosques amazónicos y la conservación de la diversidad biológica. Las autoridades ambientales colombianas deben comprender que lograr las metas de control de la deforestación en la Amazonia resulta indispensable para alcanzar, a su vez, los objetivos nacionales e internacionales en materia de protección de la diversidad biológica.
En tal sentido también debe hacer conciencia de que la lucha contra la deforestación tiene que ser prioritaria como compromiso emblemático de la Política Nacional para la Gestión integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos.
La Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales de Colombia insta al ministerio de Ambiente a incluir en el nuevo plan de protección de la diversidad biológica en Colombia estrategias, metas y acciones ambiciosas y concretas para detener la deforestación. La relación es evidente: sin detener la pérdida de los bosques no se podrá detener la pérdida de diversidad biológica. Sin detener la deforestación de la Amazonia el Estado colombiano no podrá cumplir idóneamente los compromisos que asuma para cumplir las obligaciones que aceptó cuando se hizo parte en el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Timoteo de Assos es Obispo de la iglesia Ortodoxa Griega en Colombia, Obispo auxiliar de la Santa Metrópolis de México y miembro del Consejo Interreligioso de Colombia, organización que forma parte del Consejo Asesor de la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales (IRI-Colombia).
IRI Colombia
La Iniciativa Interreligiosas para los Bosques Tropicales IRI-Colombia es una alianza internacional que convoca el liderazgo moral y espiritual de las principales religiones del mundo, nace el 21 de junio de 2018 en Noruega, y tiene como objetivo generar urgencia moral para los esfuerzos mundiales que lleven a terminar con la deforestación.
Es una plataforma para líderes religiosos y comunidades de fe para trabajar de la mano con los pueblos indígenas, sociedad civil, gobiernos y empresas en acciones que protejan los bosques y salvaguarden a aquellos que viven en ellas y son sus principales guardianes.